Entre las numerosas alternativas clásicas para los nostálgicos de los genuinos automóviles de los años 50 que transmiten el espíritu americano al volante, no hay duda de que el espectacular Chevrolet Bel Air ocupa un lugar de privilegio. Y es que, a pesar del tiempo, se trata de un modelo que sigue manteniendo su esencia y atrayendo el interés de muchos conductores, sobre todo en Estados Unidos, su país de origen.
Como prueba se encuentra el hecho de que diversas unidades de este modelo fueron las protagonistas de una subasta organizada recientemente por los especialistas de Barrett-Jackson en el estado de Arizona. Si uno de estos coches atrajo más focos que ningún otro fue, sin duda, el que puedes apreciar en las fotografías, un ejemplar de 1956 de la segunda generación del modelo.
Bel Air, el Chevrolet clásico para vivir el sueño americano al volante.
Debido, en parte, al buen estado de conservación del automóvil y a la restauración recibida, su nuevo propietario pagó por él alrededor de 240.000 euros. Además de su inconfundible diseño, lo primero que llama la atención del coche es su combinación exterior de rojo manzana y blanco perlado, todo ello salpicado de algunas superficies cromadas, molduras de acero inoxidable y lunas tintadas.
Mecánica
Esta unidad se mueve gracias a un propulsor LS3 de 525 CV asociado a un cambio automático de 4 velocidades
La contundente carrocería reposa sobre un chasis Art Morrison. El conjunto se sustenta sobre neumáticos BFGoodrich, acompañados de llantas del fabricante Budnik. Por su parte, para el sistema de frenos se ha confiado en la firma Wilwood.
Hay que tener en cuenta que este Bel Air ya no se mueve gracias al mismo motor que originalmente montó en su día bajo el capó. Ahora lo hace gracias a un propulsor LS3 que genera 525 CV y que va asociado a una transmisión automática de 4 velocidades.
Bel Air, el Chevrolet clásico para vivir el sueño americano al volante.
Si nos fijamos en el habitáculo, comprobaremos que mantiene la combinación cromática exterior, con claro predominio del color rojo. A ello se suma una elegante tapicería de cuero de color canela que no pasa desapercibida y que ofrece un toque adicional de distinción al interior.
Interior
El habitáculo mantiene la combinación cromática exterior y dispone de tapicería de cuero
Entre las incorporaciones añadidas en la restauración del vehículo se encuentra un sistema de sonido estéreo. Su instalación queda disimulada y oculta a la vista dentro de una consola central diseñada específicamente para ello.
Bel Air, el Chevrolet clásico para vivir el sueño americano al volante.
También se han añadido otros detalles prácticos como, por ejemplo, portavasos para todas las plazas. Por su llamativa estética, es evidente que no se trata de un automóvil apto para cualquier conductor.
Pero a buen seguro que puede resultar más que interesante a aquellos incondicionales al estilo de vida estadounidense de hace siete décadas.


