El majestuoso coche clásico de los años 30 que se convirtió en paradigma del lujo rodante
Pieza de coleccionista
Este ejemplar único del Cadillac V16 Sport Phaeton se subasta como testimonio de la ambición automovilística norteamericana

El Cadillac V16 Sport Phaeton de 1930, con motor de 16 cilindros y carrocería Fleetwood, fue restaurado meticulosamente para recuperar su aspecto original.
Cuando hablamos de los automóviles norteamericanos con más personalidad del siglo XX, pocos ejemplos son tan espectaculares como el Cadillac V16 Sport Phaeton de 1930, una obra maestra mecánica que definió el concepto de lujo automovilístico en Estados Unidos y deslumbró también en nuestro continente. Hoy, casi 100 años después, sigue siendo un icono de ingeniería, artesanía y distinción.
Concebido como el buque insignia de la marca de General Motors, el V16 fue el primer automóvil de producción en incorporar un motor de 16 cilindros. Su propulsor de 7.4 litros y 175 CV de potencia no solo aportaba cifras impresionantes para la época, sino que ofrecía una suavidad de marcha inédita.

En un contexto en el que la mayoría de los vehículos apenas superaba los seis cilindros, Cadillac rompió moldes en 1930 y elevó el listón con una ingeniería sin precedentes, donde incluso el cableado se ocultaba para no romper la armonía estética del motor.
Producción limitada
Solo se fabricaron 85 unidades del V16 Sport Phaeton entre 1930 y 1931
La carrocería Sport Phaeton, diseñada por Fleetwood, era tan innovadora como elegante. Su característica más llamativa era un parabrisas trasero retráctil manual que protegía a los pasajeros sin comprometer las líneas de diseño. Solo se produjeron 85 unidades de este modelo entre 1930 y 1931, lo que lo convierte en una rareza absoluta y una pieza de culto.
Uno de estos escasos ejemplares, con número de chasis 701554, sale ahora a la venta y destaca por su historia singular. Fue el segundo Sport Phaeton producido y uno de los cinco V16 enviados a Europa en junio de 1930 como parte de una gira promocional que recorrió nueve países. El objetivo era convencer a la élite de nuestro continente, acostumbrada a marcas como Rolls-Royce o Hispano-Suiza, de que el lujo también podía hablar con acento americano.

Tras la gira, el coche fue adquirido por Fritz von Opel, miembro de la célebre familia automovilística alemana. Más tarde, recibió una nueva carrocería firmada por el prestigioso carrocero francés Saoutchik, una práctica habitual de la época. A mediados de los años 80, el coleccionista Fred Weber lo restauró meticulosamente para volver a su configuración original tras descubrir que conservaba elementos originales importantes como el salpicadero y la placa identificativa de la carrocería número 2.
Exclusividad americana en Europa
Este ejemplar fue enviado a nuestro continente para exhibir la ingeniería estadounidense frente a marcas de lujo europeas como Rolls‑Royce o Hispano‑Suiza
En los 90, bajo la supervisión de un experto en Cadillac V16 llamado Wayne Merriman, el coche fue restaurado con precisión para volver a su configuración original, luciendo una pintura bitono en gris verdoso, tapicería de cuero verde y capota de lona color beige.

Cada detalle clásico fue tratado con sumo cuidado. Como resultado, el automóvil ganó varios premios en concursos de elegancia y pasó por manos de reconocidos coleccionistas hasta llegar a su actual propietario.
Este Cadillac V16 Sport Phaeton no es un coche práctico en términos modernos. No fue hecho para su uso diario, sino que es un referente de lo que Cadillac representaba a principios del siglo pasado, cuando aspiraba a ser un referente mundial en elegancia, artesanía e innovación. Este ejemplar va a ser subastado por RM Sotheby’s por una suma estimada de entre 350.000 y 450.000 euros. Puedes escuchar cómo ruge el motor de esta pieza de la historia rodante en el vídeo que acompaña esta noticia.

