El pasado mes de octubre, las obras de acondicionamiento de un campo de fútbol en el barrio vienés de Simmering tuvieron que ser interrumpidas por un hecho extraordinario: el hallazgo de varios cuerpos enterrados. El caso acabó en manos del departamento de arqueología del museo catastrófico, que certificaron que se trataba de restos óseos entrelazados en una fosa común que data del Imperio Romano del siglo I, probablemente los cuerpos de guerreros caídos en una batalla entre tribus germánicas.
Las conclusiones del estudio ya son públicas. El Museo de Viena vincula al sitio a un “un evento catastrófico en un contexto militar” y considerada la primera evidencia conocida de combates en esa región. En el lugar se ha confirmado hasta ahora la presencia de restos de 129 personas. Sin embargo, los equipos de excavación hallaron numerosos huesos sueltos y estiman que el número total de víctimas supera las 150, un descubrimiento sin precedentes en Europa Central.
“En el contexto de las guerras romanas, no hay hallazgos comparables de combatientes”, señaló Michaela Binder, quien lideró la excavación arqueológica. “Existen grandes campos de batalla en Alemania donde se han encontrado armas, pero hallar a los muertos es algo único en toda la historia romana”.
Incineración y no entierro
Los soldados romanos, hasta el siglo III, solían ser incinerados, pero la fosa donde fueron arrojados estos cuerpos sugiere un depósito apresurado o desordenado de cadáveres. Todos los esqueletos analizados presentan signos de lesiones —especialmente en la cabeza, el torso y la pelvis—.
“Tienen múltiples heridas de combate, lo que descarta una ejecución. Es realmente un campo de batalla”, explicó Kristina Adler-Wölfl, jefa del departamento de arqueología de la ciudad de Viena. “Hay heridas provocadas por espadas, lanzas y traumatismos contundentes”.
Todas las víctimas eran hombres, la mayoría de entre 20 y 30 años, y mostraban, en general, una buena salud dental. El análisis de carbono-14 permitió datar los huesos entre los años 80 y 130 d.C., información que fue contrastada con objetos hallados en la fosa: armaduras, protectores de mejillas de cascos y clavos de las características sandalias militares romanas conocidas como caligae.

Perspectiva de la excavación en el campo de fútbol donde se han hallado restos de época romana.
¿Soldados romanos?
La pista más reveladora fue un puñal oxidado, de un tipo que se usaba específicamente entre mediados del siglo I y comienzos del siglo II. La investigación continúa: hasta ahora, solo una víctima ha sido identificada como guerrero romano. Los arqueólogos esperan que el análisis de ADN y de isótopos de estroncio ayude a identificar mejor a los combatientes y a determinar de qué bando eran.
“La teoría más probable por el momento es que esto esté relacionado con las campañas del Danubio del emperador Domiciano, entre los años 86 y 96 d.C.”, indicó Adler-Wölfl. Además, los arqueólogos municipales destacaron que este hallazgo revela también signos tempranos de lo que sería la fundación de un asentamiento que, con el tiempo, se convertiría en la actual capital de Austria.