El planeta en desintegración, a 140 años luz de la tierra, que pierde masa al ritmo de una montaña Everest y tiene una cola mineral gigantesca

Descubrimiento astrofísico

Se trata del exoplaneta con el ritmo de desintegración más rápido conocido hasta la fecha

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Un equipo de astrónomos del MIT descubre un exoplaneta en proceso de desintegración.

Un equipo de astrónomos del MIT descubre un exoplaneta en proceso de desintegración.

Jose-Luis Olivares, MIT

Los misterios que entraña el universo se van desvelando poco a poco gracias a las técnicas científicas que permiten identificar detalles, hasta ahora, desconocidos. Un equipo de astrónomos del Massachusetts Institute of Technology (MIT) han sumado un descubrimiento nuevo a la lista: un exoplaneta en pleno proceso de desintegración.

El hallazgo ha sido posible utilizando el satélite TESS de la NASA, con el que el MIT puede detectar tránsitos que indiquen la presencia de planetas fuera de nuestro sistema solar. Así fue como el equipo liderado por Marc Hon, investigador del Instituto Kavli de Astrofísica e Investigación Espacial del MIT, encontró un planeta situado a unos 140 años luz de la Tierra que está inmerso en un rápido proceso de desintegración.

La revista científica Astrophysical Journal Letters ha sido el medio elegido para dar a conocer los resultados. En el artículo, el equipo descubridor explica cómo han dado con este exoplaneta y cuáles son las conclusiones más importantes.

Representación artística de GJ 1214 b pasando frente a su estrella anfitriona. El “método de tránsito” permite estudiar un exoplaneta observando qué longitudes de onda de luz se atenúan cuando la luz de la estrella pasa a través de la atmósfera.

La cercanía del exoplaneta a su estrella hace que su masa se desintegre y se evapore formando una cola de minerales. 

NAOJ / Europa Press

Desintegración a un ritmo muy rápido

Uno de los aspectos que más llama la atención es que el ritmo de desintegración de este planeta, al que han nombrado BD+05 4868 Ab, es muy acelerado. Se trata de un planeta que está mucho más cerca de su estrella que Mercurio del Sol, y eso hace que el magma en ebullición que lo rodea lo esté calentando a una temperatura aproximada de 1.600 grados Celsius hasta provocar el desprendimiento y evaporación de sus minerales, que forman una especie de cola con una longitud de más de 9 millones de kilómetros a medida que se van enfriando.

Según han confirmado los científicos, el planeta pierde una cantidad de materiales del tamaño del Everest cada 30 horas, que es el tiempo que tarda en dar la vuelta completa a su estrella. O, lo que es lo mismo, tardará entre 1 y 2 millones de años en desaparecer. De hecho, los propios investigadores reconocen que es el planeta con el ritmo de desintegración más rápido que se conoce hasta el momento.

El exoplaneta en desintegración orbita alrededor de una estrella perteneciente a la constelación de Pegaso. Además, los investigadores explican que es un planeta con poca fuerza gravitatoria, lo que le impide mantener una atmósfera y favorece la desintegración de la masa, parecida a la de Mercurio.

Un descubrimiento fortuito

A pesar de que la mayoría de revelaciones astronómicas se producen intencionadamente, esta no es una de ellas. Tal y como explica el equipo responsable, el hallazgo fue fruto de la casualidad. Marc Hon comenta que “no estábamos buscando este tipo de planeta. Estábamos haciendo la típica investigación de planetas, y por casualidad detecté esta señal que parecía inusual”.

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Cuando los astrónomos buscan planetas en órbita fuera del sistema solar, tratan de identificar una disminución en la intensidad de luz de una estrella justo en el momento en que el planeta orbita por delante. Sin embargo, en este caso se encontraron con que la estrella tardaba más tiempo del habitual en recuperar su intensidad lumínica habitual, debido a la cola que arrastra este exoplaneta como si fuera un cometa.

Por otro lado, este planeta no es el único en desintegración que se ha descubierto recientemente, tal y como ha anunciado la Sociedad Americana de Astronomía (AAS). Un equipo de investigadores de Penn State ha localizado otro utilizando el telescopio James Webb (JWST). En este caso, se trata de un planeta rocoso con un tamaño similar a Neptuno cuya órbita se completa en unas 9 horas.

Ahora, la localización de estos planetas en proceso de desintegración supone una gran oportunidad para investigar su composición más a fondo y ampliar la información sobre las condiciones de habitabilidad de otros planetas situados en sistemas distintos. Y no solo eso, sino que esa información también podría ser clave para conocer cómo se forman los planetas o qué tipo de movimientos hacen a lo largo de su vida.  

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