Encuentran mercurio y pesticidas prohibidos desde hace décadas en las plumas de cigüeñas

Aves contaminadas

Los investigadores de un estudio llevado a cabo en Galicia detectaron 11 pesticidas: cuatro están autorizados, pero siete han sido prohibidos por su toxicidad o persistencia en el medio ambiente, algunos desde 1977

cigüeñas

Algunas de las sustancias encontradas en las plumas de cigüeñas están vetadas desde hace más de 40 años por sus peligrosos efectos tóxicos 

Mercurio y pesticidas como el DDT, prohibidos hace décadas, son algunos de los tóxicos que un grupo de investigación de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) ha encontrado en las plumas de las cigüeñas, un ave que estas semanas de verano nidifica en España. El objetivo del proyecto In-VisiblePollut era determinar la presencia de tóxicos en plumas y egagrópilas de cigüeñas, recogidas en distintas localidades gallegas, y relacionar la presencia de estos contaminantes con el uso del suelo, ya que las aves entran en contacto con ellos mientras buscan alimento en nuestros campos. Los resultados, señalan, son extrapolables a otras regiones de España. 

“Lo importante es que estos datos pueden servir para reflexionar sobre el impacto que estamos generando a largo plazo al utilizar pesticidas con contaminantes orgánicos persistentes. No se eliminan, siguen estando ahí durante mucho tiempo. Los hemos localizado en todos los puntos en los que hemos recogido muestras, lo que nos indica el nivel de contaminación que hay en el campo... porque parece que es algo solo de las ciudades”, explica la autora principal, la bióloga Zulema Varela del área de Ecología de la USC.

Algunos pesticidas presentes en las aves están prohibidos desde 1977

Horizontal

Cigüeñas alimentándose en un vertedero

Getty

Fue Varela quien, junto a Nancy Blanco, fundadora de la asociación gallega Amigas das Cegoñas (Amigas de las Cigüeñas), pensó en la necesidad de conocer mejor el estado ambiental del campo en torno a Orense aprovechando el estudio a estas aves. No era la primera investigación en la que trabajaba con la Ciconia ciconia. El pasado año ya hicieron otra investigación sobre la masiva presencia de plásticos en los nidos de estas aves. Recientemente, otro estudio publicado por la organización SEO/Birdlife, alertaba también de su presencia en su tracto digestivo. Tras realizar 1.550 necropsias a cigüeñas muertas a lo largo de los últimos años, en 342 encontraron materiales contaminantes, sobre todo gomas elásticas o tiras de silicona.

Lee también

Pero los pesticidas son menos visibles y se han estudiado menos. El muestreo de las investigadoras gallegas se llevó a cabo en 23 nidos distribuidos en 10 localidades diferentes de Galicia, en las que se recogieron 37 plumas. Para ser analizadas, separaron las barbas de los raquis (la parte dura central) y la molieron. Se detectaron 11 pesticidas de los que cuatro están actualmente autorizados y siete han sido prohibidos por su toxicidad o persistencia en el medio ambiente, algunos en 1977. En el entorno de la localidad de Monforte de Lemos detectaron hasta siete diferentes en las plumas de sus cigüeñas. En la colonia de Maceda (en Ourense), también les sorprendió identificar cinco de los siete compuestos prohibidos analizados.

De todos los productos encontrados, los ya ilegales suponían el 83,3 %, lo que sugiere una alta estabilidad de estas sustancias en el medio, “o que algunos los han seguido utilizando, se rumoreaba por la zona”, revela Varela. De hecho, en ocho de las 10 localidades con nidos estudiadas, más del 50% de los tóxicos hallados en las plumas estaban vetados por ley. Un ejemplo: el herbicida atrazina, que fue identificado en casi todas las localidades de la investigación a pesar de estar prohibido desde 2004 en la UE.

También sustancias como el DDT o la dieldrina, vetados desde hace más de 40 años por sus peligrosos efectos tóxicos y su capacidad de bioacumulación, aún se encuentran en las estas grandes aves. Y si bien ya son concentraciones bajas y en lugares específicos, queda claro, según las investigadoras, que existe el riesgo de una reentrada en las redes tróficas con la movilización de los suelos contaminados o su redistribución atmosférica. A ello se añade la presencia de concentraciones mercurio, preocupante sobre todo en zonas con mayor actividad agrícola intensiva, mientras había menos en áreas dedicadas a la ganadería tradicional.

Esperamos que seamos más conscientes de lo que estamos haciendo en nuestros campos, porque estos pesticidas no se pueden eliminar

Zulema VarelaBióloga

Además, concluyen que los pesticidas en las cigüeñas son distintos según los cultivos de cada comarca. No son los mismos en zonas de cultivo de patatas, maíz para grano, huertas o pastos que en otros tipos de producción agraria. Estos patrones permiten identificar posibles vínculos entre el manejo del territorio y la distribución de contaminantes en fauna silvestre que, consideran, deben tenerse en cuenta.

“Esto es importante. Sería necesario recopilar más datos, pero ya se ve una correlación. Hace unos años, otra investigación hecha en Extremadura indicaba que los pesticidas prohibidos se los traían estas aves de sus migraciones a África, pero en realidad no se sabe y cada vez son menos las que cruzan el Estrecho de Gibraltar y más las que se quedan en zonas del sur; de hecho, solo los ejemplares menores de cuatro años suelen hacer esa migración”, apunta Varela, con la que han colaborado en este trabajo las investigadoras de la USC María Bouso, María Llompart y Ana Castilleira. “Esperamos que, a raíz de este proyecto, seamos más conscientes de lo que estamos haciendo en nuestros campos, porque ni estos pesticidas persistentes ni el mercurio, que en teoría ya no se usa, se pueden eliminar, como hemos comprobado. Las cigüeñas los acaban expulsando por las plumas cuando los ingieren con su dieta, y esto nos dice también que son excelentes biomarcadores del estado de salud de nuestros campos, incluso de aquello que es dañino y no es visible, como son estos contaminantes para la fauna silvestre que está lejos de zonas industriales”, concluye la bióloga.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...