Dentro de la fauna es posible encontrar un sinfín de técnicas y estrategias fascinantes que los animales emplean para su supervivencia, ya sea a la hora de atraer presas, evitar a los depredadores o aumentar sus posibilidades de reproducirse. Por ejemplo, el caso de una especie de araña que manipula la luz de las luciérnagas para conseguir más presas. Algo similar sucede en el mundo vegetal, donde los descubrimientos de estos mecanismos siguen sorprendiendo a la comunidad científica. Uno de los hallazgos más recientes y extraordinarios ha tenido lugar en Asia, concretamente en Japón. Ya que un equipo de la Universidad de Tokio ha detectado una planta con una táctica muy singular para atraer a insectos que la ayuden a ser polinizada.
Se trata del Vincetoxicum nakaianum, un arbusto endémico del país nipón, perteneciente a la familia de las apocináceas, de la que también forman parte las adelfas. La peculiaridad de esta planta es que es capaz de imitar el olor que desprenden las hormigas heridas, lo que provoca la atracción de ciertos insectos, que acuden con la intención de alimentarse de estas. El objetivo de la Vincetoxicum nakaianum no es otro más que llamar la atención de esos insectos para que la ayuden en su proceso de polinización, según los resultados del estudio, encabezado por Ko Mochizuki, de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Tokio, y publicado en la revista especializada ‘Current Biology’.
La sorprendente técnica de una planta japonesa para atraer insectos
Este hallazgo está considerado como el primer caso de una planta que imita el olor de las hormigas, tal y como señala la Universidad de Tokio. “Lo que revela que el alcance del mimetismo floral es más diverso de lo que se creía”, asegura la institución a través de un comunicado de prensa. Este mecanismo logra atraer a moscas de la familia de los clorópidos (Chloropidae), que acuden en busca de las supuestas hormigas heridas. Mientras se desplazan de flor en flor, tratando de identificar cuáles son sus presas, colaboran en el proceso de polinización de la planta, cumpliendo así con el objetivo de la Vincetoxicum nakaianum.
Ko Mochizuki, investigador de la Universidad de Tokio, explica que este hallazgo comenzó por medio de una “corazonada”, cuando se encontraba inmerso en otras indagaciones. “Estaba trabajando en otro proyecto de investigación y, originalmente, recolecté esta especie solo como referencia para comparar. Por casualidad, vi moscas clorópidas reunidas alrededor de sus flores en el vivero del Jardín Botánico Koishikawa, y, de inmediato, me di cuenta de que las flores podrían estar imitando a insectos muertos”, asegura el experto.


