A Mark Zuckerberg le obsesiona una idea concreta: ganar la batalla del talento. No basta con desarrollar modelos potentes, ni con construir infraestructuras mastodónticas. Lo esencial es tener a las personas adecuadas.
Por eso, Meta se ha lanzado a fichar a los mejores perfiles del sector de la inteligencia artificial con una estrategia tan directa como millonaria. El objetivo no es llenar vacantes. Es convertir cada contratación en una jugada estratégica. Cada nombre sumado a la plantilla tiene una función clara: acelerar la construcción de su laboratorio de superinteligencia y colocar a la compañía en la primera línea de la nueva carrera tecnológica.
Los mejores cerebros
Zuckerberg quiere ganar la carrera tecnológica
La ofensiva comenzó con una promesa difícil de ignorar: bonos de hasta 100 millones de dólares para atraer a figuras importantes de empresas como OpenAI, Google o Anthropic. Entre los fichajes se encuentran perfiles como Ji Lin, experto en infraestructuras de entrenamiento a gran escala; Trapit Bansal, que venía de trabajar en modelos alineados con valores humanos; o Daniel Gross, antiguo director de IA en Apple y cofundador de Pioneer.

Zuckerberg está dispuesto a todo
Todos han aceptado unirse al nuevo Meta Superintelligence Labs, un centro diseñado específicamente para avanzar hacia una inteligencia artificial con capacidades autónomas superiores a las humanas.
Además de los salarios desorbitados, Meta ha puesto en marcha una maquinaria de seducción. Mark Zuckerberg ha recibido a algunos candidatos en sus casas de Lake Tahoe y Palo Alto para tratar de convencerlos en persona.
En paralelo, ejecutivos de alto nivel de la empresa han contactado de forma individual con perfiles estratégicos que habían sido tentados por otras compañías. En algunos casos, las ofertas han igualado o superado las cifras propuestas por rivales como xAI, la empresa de Elon Musk.
Muy difíciles de conseguir
La alianza con Scale AI refuerza el acceso a datos y especialistas
Reuters ha informado que Alexandr Wang, fundador de Scale AI, y Nat Friedman, expresidente de GitHub, se encargarán de codirigir el laboratorio. Ambos forman parte de esta oleada de incorporaciones estratégicas. El laboratorio ya cuenta con unos 50 miembros y se encuentra físicamente muy cerca del despacho de Zuckerberg, lo que refuerza la idea de que se trata de una prioridad personal.
La compra de una participación del 49% en Scale AI por unos 15.000 millones de dólares ha reforzado aún más esta red de colaboraciones, aportando acceso a datos etiquetados y talento técnico difícil de igualar.