La sextorsión es una de las amenazas digitales más peligrosas y dañinas en la era digital. Consiste en que un delincuente amenaza con difundir imágenes o videos íntimos de una persona con el fin de obtener dinero, favores o más material comprometedor. Este fenómeno no solo afecta a la privacidad, sino que también genera un fuerte impacto emocional y social en las víctimas.
La especialista en reputación digital y ciberseguridad Selva Orejón (@selvaorejon), con más de 100.000 seguidores en Instagram, explica que este tipo de chantaje debe entenderse como algo más complejo que un ataque puntual: “Es una gestión de un escándalo y en la gestión del escándalo tienes que ir 10 pasos por delante del extorsionador”.
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Decírselo a tu círculo cercano
Según Orejón, uno de los aspectos más delicados es preparar a las víctimas para un posible escenario en el que familiares o empresas se enteren de lo ocurrido. La experta reconoce que muchos afectados consideran imposible dar ese paso, pero advierte que es una posibilidad real: “Algunas veces dicen que es imposible, hay gente que se ha quitado la vida, otros se han ido a otro país y hay quien se ha derrumbado delante de la familia”.
Ante una situación de sextorsión, la estrategia debe ser clara y precisa. Orejón subraya que la confianza y la transparencia son imprescindibles, ocultar información solo dificulta la defensa. “Lo importante en estos casos es no mentir y decir la verdad para que no aparezca nueva información que no conozco, porque si no tengo que cambiar toda la estrategia con el equipo”, afirma.
La sextorsión no solo es un ataque tecnológico, sino un ataque emocional que puede destruir vidas. Por ello, contar con la guía de expertos como Selva Orejón es fundamental para afrontar la amenaza con inteligencia, proteger la reputación y minimizar el daño personal y profesional.


