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Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn: “Cuando Elon (Musk) se fue, Sam (Altman) me llamó y dije que le ayudaría, me pregunté en qué era diferente como partner: no estoy solo en los momentos buenos, también en los malos”

Tecnología y liderazgo

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Reid Hoffman es cofundador de LinkedIn

Reid Hoffman

Cuando Elon Musk decidió dejar OpenAI, la tensión ya venía acumulándose desde hacía tiempo. La disputa por el control de la empresa, creada como una organización sin ánimo de lucro, explotó cuando Musk exigió tener el control mayoritario. “Elon había decidido que OpenAI debía ser una compañía de la que él fuera el propietario mayoritario”, explicó Reid Hoffman en una entrevista que compartió en su LinkedIn.

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La negativa del equipo fundador a ceder ese control derivó en un portazo, al más puro estilo Musk, que se marchó acusando al resto de ser “un puñado de imbéciles”, según relata Hoffman. En medio de ese clima enrarecido, Sam Altman, entonces CEO de OpenAI, contactó con él. La respuesta de Hoffman fue clara: “le dije que le ayudaría”.

Pero no fue una decisión impulsiva. El también cofundador de LinkedIn se hizo una pregunta clave antes de dar el paso: “¿En qué soy diferente como partner?” Su propia respuesta fue reveladora: “no estoy solo en los momentos buenos, también en los malos”. Así resume su filosofía como inversor, una forma distinta de acompañar a los emprendedores, muy alejada del modelo impulsivo que a menudo representa Musk.

La relación entre Elon Musk y Sam Altman, socios fundadores de OpenAI, se ha transformado en una de las rivalidades más mediáticas del sector tecnológico. Según Marketing4eCommerce, Musk contribuyó con menos de 45 millones de dólares al proyecto (una cifra inferior a lo prometido) y abandonó el consejo en 2018. Oficialmente, por un “conflicto de intereses” con Tesla. Pero, tras su marcha, dejó también de financiar la organización.

Desde entonces, los caminos de ambos se han distanciado drásticamente. Mientras Altman ha defendido una estrategia de crecimiento acelerado y alianzas con grandes empresas como Microsoft o LinkedIn, Musk ha optado por una línea más crítica. Fundó xAI en 2023 y ahora busca desarrollar una IA “más transparente”, en oposición a lo que considera una deriva corporativa de OpenAI.

La enemistad se agravó en 2024 cuando Musk presentó una demanda contra OpenAI por “incumplimiento de contrato”, alegando que se había traicionado el propósito fundacional. La oferta de 97.400 millones de dólares que lanzó recientemente para comprar la organización ha sido vista más como una provocación que como una negociación real. Altman, lejos de tomárselo en serio, respondió con sarcasmo: “No, gracias, pero podríamos comprar Twitter por 9.740 millones si lo deseas”.

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El rol Reid Hoffman como fundador ha sido determinante. Él representa otro tipo de liderazgo, uno más silencioso pero sólido, basado en el acompañamiento real. En sus propias palabras: “La confianza se construye intensamente cuando demuestras que estás ahí para compartir el dolor y ayudar a navegar por él”. Hoffman sigue trabajando en las sombras, apostando por algo mucho más difícil de cuantificar: la confianza. Y en una industria tan imprevisible como la inteligencia artificial, eso no es poco.