En pleno auge de su carrera actoral y tras conquistar a los fans de One Piece con su interpretación de Sanji, Taz Skylar es ya uno de los actores más carismáticos y versátiles de su generación. Su energía, cercanía y compromiso se reflejan tanto en la pantalla como fuera de ella. Durante la primera edición de la San Diego Comic-Con Málaga, el intérprete ha sido el encargado de conducir la inauguración de la convención, junto a la actriz Dafne Keen.
Aprovechamos su paso por Málaga para conversar con él sobre el vértigo de presentar un evento de esta magnitud, cómo gestiona su fama internacional y el impacto cultural de One Piece. Sin perder su sonrisa, un reflexivo Skylar comparte cómo vive este momento e imagina sus próximos retos.
Taz Skylar y Dafne Keen, en el acto inaugural de la San Diego Comic-Con Málaga.
Presentar la primera San Diego Comic-Con Málaga es toda una responsabilidad. ¿Hay presión?
Soy superconsciente de lo cateto que soy y, cuando me dan responsabilidades que considero tan importantes, siempre cuestiono si son realmente conscientes de a quién acaban de traer (risas). Tengo un poco de síndrome del impostor.
Tengo un poco de síndrome del impostor
Eso lo tenemos todos.
Sí, y a mí se me intensifica cada vez que me enfrento a algo así. Siempre pienso: “Y si salgo y digo las palabras mal, ¿qué?”. Y luego se empieza a disolver esa preocupación y me digo: “Bro, si lo dices mal, haces una broma sobre eso mismo y tiras para adelante, no pasa nada”.
Al principio fuiste de los más criticados del reparto de One Piece y, de repente, eres de los más queridos. ¿Cómo se gestiona toda esa fama y, sobre todo, ese cambio tan drástico?
Con gran dificultad. También varía mucho en cada país. O sea, la cultura de cada país es distinta y la forma de mostrar atención o de adorar a una persona, a un personaje, también cambia. Gestionar eso mientras viajo por el mundo es como cambiar de idioma constantemente, que también lo hago. De repente estoy hablando en inglés, al segundo estoy hablando en español o me estoy defendiendo en árabe. Estoy muy agradecido por tener esa cantidad de energía que se dirige a mí y, a la vez, es una cosa que requiere un constante chequeo conmigo mismo por si lo estoy gestionando bien y si me estoy tomando tiempo para estar solo, que es superimportante. Encontrar media hora para estar solo se convierte más difícil en cada paso que damos. Un rato en el que nadie te diga nada, para poder oír qué es lo que está pasando dentro. A veces pasan semanas y solo puedo sacar media hora.
Encontrar media hora para estar solo se convierte más difícil en cada paso que damos
Y entonces te agobias. Lo estás anhelando, pero, cuando llegas, te preguntas: “¿Qué es este silencio?”
Exacto. Dices: “Este silencio… ¿qué raro, no?”. Empiezas a escucharte a ti mismo, porque es la primera vez que tienes la oportunidad en mucho tiempo, y casi es como hablar con una persona extraña, ajena a ti: “Hace tiempo que no te veo. ¿Qué tal? A ver si podemos arreglar eso”. Empiezo a tener una conversación completa conmigo mismo.
Hay revueltas en países como Nepal donde se está utilizando la bandera de One Piece. ¿Cómo llevas ese impacto global y cultural de la obra?
Me parece sacado de una película de ciencia ficción. La primera vez que lo vi, pensé: “No puede ser, esto lo ha hecho la IA”. Lo típico de que alguien ha creado una imagen de IA, pero no. Cuando empecé a ver los vídeos, vi que no. Bali fue el primer sitio, un lugar que me encanta y al que voy mucho. Después vi que estaba en otro lugar con un conflicto relevante. Luego también la vi en Europa. No sé hasta qué punto va a llegar. De alguna manera, me hace sentir orgulloso estar asociado con ese símbolo porque es una cosa en la que creo, en la rebeldía… Pero yo mismo no me siento libre muchas veces de decir lo que pienso o hacerlo, porque a veces puede hacerse público o tener mucha repercusión por los gobiernos, o lo que sea. Me encanta que el símbolo se esté asociando con la rebeldía, con decir y ejecutar lo que uno piensa. Y también con lo que una sociedad piensa colectivamente.
Taz Skylar, en Málaga.
¿Se te ha pasado por la cabeza trabajar para algún videojuego, como ha sucedido con Cameron Monaghan con Star Wars o Norman Reedus con Death Stranding?
Estaría guapo. No es una cosa que activamente busque, porque hoy día no me veo con mucho tiempo libre para pensar en algo así. Pero sí que tengo dos amigos que lo han hecho. Craig Fairbrass, que hace de Zeff en One Piece, tiene su propio personaje dentro de Call of Duty.
Además, es una forma de rodar totalmente diferente a las películas.
Sería muy interesante ver cómo se hace ese proceso. Me imagino que es un poco como darle otro tipo de vida a un personaje. Estaría guay formar parte de un Grand Theft Auto o algo así. Imagínate un personaje dentro del GTA que sea canario. No sé, me encantaría.



