Stephen Hawking dejó un gran misterio antes de morir oculto en su último paper: “El tiempo no tuvo un comienzo como imaginamos”
Física
Escrito diez días antes de su muerte, Stephen Hawking dejó en su último paper un mensaje al mundo sobre la eternidad
La gente dudaba de Albert Einstein por decirlo en 1915, pero la ciencia lo confirmó: antes de que pudiéramos ver un agujero negro en la vida real, él ya lo había diseñado a través de las matemáticas
Stephen Hawking dejó un último misterio antes de morir.
“El tiempo no tuvo un comienzo como imaginamos.” La frase, escrita por Stephen Hawking en su último artículo científico, resonó en su momento como una epifanía póstuma. Fue su despedida intelectual. Y también, quizás, su mayor provocación hasta el momento. Sin nada que perder, Hawking ya no tuvo que contener sus teorías... y nos dejó con un misterio que aún está por resolver.
Diez días antes de fallecer, el 14 de marzo de 2018, el físico británico más célebre desde Einstein firmaba un paper que abría una grieta en nuestra comprensión del tiempo, del universo y del sentido mismo de la existencia. Aquel artículo, coescrito junto el físico belga Thomas Hertog, se publicó unas semanas después de su muerte bajo el título A Smooth Exit from Eternal Inflation? (¿Una salida suave de la inflación eterna?).
Sin embargo, su verdadero contenido tenía poco de calmado. En él, Hawking y Hertog cuestionaban uno de los pilares de la cosmología moderna: la idea de un Big Bang como un instante inicial absoluto y de un multiverso caótico e infinito como su consecuencia natural.
“La inflación eterna no es tanto eterna en nuestro modelo, sino más bien intemporal, en línea con especulaciones tempranas sobre la naturaleza cuántica del Big Bang”, escribieron en el artículo que despertó tanta controversia en su momento.
Stephen Hawking, físico.
Lo que proponían era una idea radical: que el universo no emergió desde un punto preciso en el tiempo, sino desde un estado sin tiempo, sin pasado ni futuro. Un escenario “intemporal” en el que la flecha que marca el tiempo, esa que todos damos por sentada, no existía. Solo después —según su modelo— apareció el tiempo tal como lo conocemos: como una propiedad emergente, no fundamental para la existencia.
Conjeturamos que la salida de la inflación eterna no produce un multiverso infinito y fractal, sino que es finita y razonablemente suave
Cuando publicó el artículo, Hawking llevaba años obsesionado con los límites del universo observable. En su trabajo con Hertog, desarrollaron una versión del llamado principio holográfico, una herramienta teórica nacida de los estudios sobre agujeros negros y mecánica cuántica. Esta teoría sugiere que lo que ocurre en nuestro universo tridimensional podría describirse con leyes proyectadas desde una superficie bidimensional, algo así como una “pantalla” cósmica que contiene toda la información esencial.
Con esta herramienta, los físicos replantearon el final —y el principio— de los modelos inflacionarios del cosmos. En lugar de un multiverso fractal e impredecible, abogaron por un cosmos más finito, más determinista, menos fantástico. “Conjeturamos que la salida de la inflación eterna no produce un multiverso infinito y fractal, sino que es finita y razonablemente suave”, afirmaron en el artículo.
En una entrevista poco antes de morir, Thomas Hertog explicó que Hawking ya no creía en el concepto clásico de Big Bang como un punto de origen. “Él pensaba que el universo no es infinito y que la física puede ofrecernos una narrativa racional sobre su origen”, afirmó. “Pero esa narrativa tiene que liberarse de la idea de un ‘principio absoluto’ del tiempo”.
Años después, esta idea sigue siendo discutida entre los grupos científicos. No ha sido refutada, pero tampoco confirmada. Y no parece que vaya a ser así hasta dentro de mucho mucho tiempo. Lo que deja claro es que las preguntas que se hacía Hawking eran, en el fondo, filosóficas: ¿podemos conocer el origen del tiempo desde dentro del tiempo?