La NASA ha tomado una decisión que apunta a desembocar en una carrera tecnológica sin precedentes. Hasta la fecha, la agencia norteamericana había optado por construir y volar sus propios orbitadores y naves espaciales de retransmisión con los que obtener datos, pero ahora han decidido cambiar esta fórmula.
La intención de la NASA es llegar a este servicio de manera externa, de forma parecida a como lo que ya hace con el lanzamiento y el transporte de astronautas. Esta noticia ha despertado el interés de las grandes compañías tecnológicas.
A día de hoy, la red de retransmisiones de la NASA dependen única y exclusivamente de la agencia, pero con este cambio, el nuevo concepto combinaría los propios recursos de la NASA con la infraestructura comercial con un gran objetivo: no abandonar el canal de datos de Marte.
Blue Origin y SpaceX
Las principales opciones
Aunque no se han hecho públicas aquellas empresas que están interesadas en mantener las misiones de Marte en marcha, hay varios grupos que optan a posicionarse buena manera en esta relación comercial.
Blue Origin presentó el Mars Telecommunications Orbiter, basado en su plataforma Blue Ring, una nave maniobrable y de alto rendimiento diseñada para respaldar misiones de la NASA a Marte a partir de 2028.
Por su parte, SpaceX planea reutilizar satélites de su constelación Starlink para comunicaciones en Marte, con el objetivo de impulsar la exploración planetaria hacia una presencia humana permanente en la Luna y, más adelante, en Marte.