En un párquing subterráneo de San Francisco se está gestando un movimiento llamado UFB (Ultimate Fighting Bots) que pronto se convertirá en una tendencia mundial, especialmente para los fans de las artes marciales mixtas (UFC), el wrestling y las peleas clandestinas. Y de los robots, claro.
Un experto en realidad virtual llamado Cix Liv mantiene un equipo de cuatro robots de pelea y ha montado el club REK, una especie de gimnasio de robots dedicados a este tipo de combates, que también han tenido sus momentos heroicos en las veladas de UFB.
En una entrevista concedida al periodista Ashlee Vance, asegura que “Esto va a ser la próxima UFC”. “Cuando ves pasar a uno de estos robots armado hasta los dientes y sientes la vibración del suelo a cada paso que da, te das cuenta de que esta cosa podría matarte. En cuanto la gente pueda ver y sentir esto, será totalmente mainstream”.

Cix Liv, experto en luchas de robots humanoides.
Luchas de robots
¿Qué tiene de nuevo?
Los combates entre robots existen desde hace décadas, pero se trataba de ligas universitarias de jóvenes científicos que ponían sus creaciones a verse las caras contra otros engendros. Ahora son robots humanoides, que luchan como humanos y que están controlados por sus dueños mediante gafas de RV. Es otra historia y provoca unas emociones parecidas a las de los combates de lucha clandestina.
De momento ya se han organizado dos veladas en el párquing clandestino y la afluencia de público ha sido considerable, para no haberse anunciado públicamente. El espectáculo no solo se limita a un garaje ambientado con luz roja, sino que también se las ha ingeniado para llevar esta actividad a internet, donde cualquier persona puede controlar desde casa uno de estos robots y luchar contra otro jugador ubicado en cualquier parte del mundo.
Quien quiera experimentar la emoción del UFB, puede intentar averiguar la ubicación del famoso garaje o, si lo prefiere, tiene a su disposición un robot humanoide en la página oficial de la UFB, por un precio de cinco dólares cada combate de 10 minutos. Lo único que se necesita es una buena conexión a internet, unos joycons de Nintendo Switch o, en su defecto, cualquier mando de videojuegos o un teclado.
Hay que tener en cuenta que estos robots pueden llegar a ser muy agresivos. Que se lo digan, si no, al propio Liv, a quien se le rebeló un robot hace unos días.
Es cuestión de tiempo que las ligas de robots luchadores se propaguen por todo el mundo. Veremos quién es el nuevo Ilia Topuria de la UFB.