En febrero de 2024, los astrónomos detectaron un fenómeno excepcional en una galaxia situada a 300 años luz de la Tierra. Desde el agujero negro supermasivo en su centro, llamado Ansky, surgieron enormes llamaradas de rayos X, diez veces más brillantes que cualquier otra observada y liberando cien veces más energía de lo habitual.
Un agujero negro es el fenómeno más extraño del universo
Un agujero negro en proceso de activación
Durante más de un año, los investigadores han seguido este comportamiento, y ahora creen que podrían estar presenciando el momento en que un agujero negro “despierta”, comenzando a alimentarse de nuevo de su entorno. Tal y como explica la astrónoma Lorena Hernández-García, de la Universidad de Valparaíso en Chile: “Creemos que estamos presenciando una galaxia en el proceso de ‘activación’, su agujero negro central está comenzando a alimentarse de nuevo”.
Aunque la imagen popular de un agujero negro es la de un gigantesco vacío que lo absorbe todo, la realidad es más compleja. La gravedad extrema solo impide que la luz escape más allá del horizonte de sucesos. Justo fuera de este límite, el gas y el polvo forman un disco de acreción que, en la mayoría de los agujeros negros, gira de manera silenciosa sin generar grandes cambios.

Impresión artística de un agujero negro supermasivo
Sin embargo, cualquier perturbación en este entorno puede calentar el gas hasta que brille intensamente. En algunos casos, el agujero negro se convierte en un núcleo galáctico activo, acumulando más polvo y gas de su entorno y generando un resplandor que eclipsa a todas las estrellas de la galaxia. Hasta ahora, los astrónomos solo habían detectado agujeros negros en transición después de que ya se hubieran activado, nunca justo en el momento de despertar.
Inicialmente, Hernández-García pensó que las llamaradas podían ser un evento de interrupción tidal, en el que una estrella se desgarra al acercarse demasiado al agujero negro, generando un destello de luz. Sin embargo, subraya que “Ansky no ha mostrado signos típicos de este tipo de evento. No hay evidencia de una destrucción violenta. Si la hay, sería un caso muy inusual”.
Este descubrimiento ha abierto una ventana única para observar la transformación de un agujero negro desde su estado silencioso hasta convertirse en un núcleo activo. Con telescopios como el Zwicky Transient Facility y próximamente el Vera Rubin Observatory, los astrónomos esperan captar más de estos agujeros negros gigantes dormidos justo en el instante en que comienzan a despertar, ampliando nuestra comprensión de los fenómenos más extremos del universo.