Elon Musk, CEO de SpaceX: “No puede dirigir la NASA alguien cuyo máximo mérito es trepar deprisa a los árboles”

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Elon Musk desafía a la NASA con un plan lunar “simplificado” que podría dejar fuera al cohete SLS y a la cápsula Orión, concentrando toda la misión Artemis en su gigantesca Starship

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Riyadh (Saudi Arabia), 05/07/2025.- (FILE) - SpaceX and xAI CEO Elon Musk attends a panel at the Saudi-US Investment Forum in Riyadh, Saudi Arabia, 13 May 2025 (re-issued 05 July 2025). Elon Musk on 05 July 2025 in a post on social media platform X (formerly Twitter) said he formed the America Party following the results of a poll he held a day before. (Arabia Saudita) EFE/EPA/ALI HAIDER

Elon Musk, CEO de SpaceX.

ALI HAIDER / EFE

Hace un par de semanas, Sean Duffy, administrador interino de la NASA, anunció su preocupación por los retrasos que acumulaba SpaceX en el desarrollo de la nave de aterrizaje lunar. La cápsula Orión y el cohete SLS que deberán llevar cuatro tripulantes a orbital la Luna la próxima primavera parecen preparados. Pero del aterrizador, responsabilidad de la compañía de Musk, se sabe muy poco. Y la crucial maniobra de trasvase de combustible todavía está por demostrar.

La reacción de Musk no se hizo esperar. Aparte de asignar a Duffy un coeficiente intelectual de solo dos dígitos (así se hacen amigos…), aseguró que su compañía ha desarrollado “un plan de misión simplificado que creemos permitirá un retorno a la Luna más rápido al tiempo que mejora la seguridad de la tripulación…”

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¿En qué puede consistir este “plan simplificado”? Una misión que se apoya en dos cohetes monstruosos: el SLS de la NASA y el Super booster del Space X, una cápsula tipo Apolo y un aterrizador como el HLS, que necesita repostar por el camino, no parece fácil de simplificar.

Y es entonces cuando algunos han recordado otra frase críptica de Musk, a raíz de su enfrentamiento con Duffy: “Starship terminará realizando toda la misión lunar. Recordad mis palabras”. No es que las predicciones de este hombre sean precisamente un oráculo, en especial en lo que respecta a sus optimistas estimaciones de plazos, pero lo que sí es cierto es que la mayoría se han ido cumpliendo. Tarde, pero se van haciendo realidad. Las especulaciones ahora plantean una simplificación más que drástica: eliminar el cohete SLS y la cápsula Orión.

La versión más reciente del HLS.

La versión más reciente del HLS.

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Los astronautas despegarían a bordo de un Starship modificado (también conocido por las siglas HLS: Human Landing System) con destino directo hacia la Luna. Es solo cuestión de añadirle unos cuantos elementos que, por otra parte, ya se han diseñado e incluso probado: el tren de aterrizaje, los motores auxiliares de frenado (que irán empotrados en el fuselaje, cerca de la cabina), y el ascensor que permita a sus ocupantes bajar hasta el suelo desde los cincuenta metros de altura que mide el vehículo.

Así que este plan recuerda mucho al viaje de Tintín que imaginó Hergé: los astronautas despegarían, alunizarían y volverían a elevarse desde la Luna a bordo de la misma nave. Al igual que el ficticio cohete del profesor Tornasol, el de Musk es tan enorme que puede transportar en su bodega hasta un vehículo eléctrico para facilitar los paseos por nuestro satélite. Más o menos, ya está diseñado.

Starship terminará realizando toda la misión lunar. Recordad mis palabras

Elon MuskCEO de SpaceX

Para acallar las críticas, Elon Mus hizo públicos unos “renders” del interior del modelo del HLS a escala natural que están utilizando como apoyo para el diseño definitivo. Puede ser significativo —o no— que el puesto de pilotaje incluya cuatro asientos, dos frente al panel de mandos (muy parecido al de las cápsulas Dragon) y dos un poco más retrasados. Los requisitos de la NASA eran poner en la Luna solo a dos personas, no a cuatro.

El plan solo tiene un pequeño inconveniente: el Starship no puede volver a la Tierra a la velocidad de retorno de un viaje lunar. Su protección térmica no lo resistiría y sus aletas resultan del todo insuficientes. La cápsula Orión, que sí fue diseñada para eso, utiliza el mayor escudo jamás construido: cinco metros de diámetro y más de una tonelada de titanio, fibra de carbono y resina ablativa.

Puesto de pilotaje del HLS.

Puesto de pilotaje del HLS.

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Así que había que diseñar un sistema para que, al regreso, el HLS frene y entre en órbita alrededor de la Tierra. Allí la estaría esperando una cápsula Dragon de las que ya se utilizan rutinariamente para subir y bajar a la Estación Espacial. Una vez atracadas ambas naves, los astronautas pasarían a la Dragon para regresar al suelo mediante paracaídas.

Hace solo seis meses, este plan ni siquiera hubiese sido considerado. Supone dejar en la estacada a dos de los tres proveedores principales del programa Artemis: A Boeing, responsable del SLS y a Lockheed Martin, que construye la Orión. Y ceder toda la responsabilidad del proyecto a la empresa de Elon Musk. Justo como él había apuntado en su sibilino comentario.

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Claro que ahora las circunstancias han cambiad otra vez. Jared Isaacman, amigo y colaborador de Musk vuelve a ser candidato a administrar la NASA. Esta vez parece que va en serio. Sin que ya parezcan importar a sus antiguas contribuciones al Partido Demócrata y los piropos que dedicó Musk a Trump (le llamó “pedófilo”) y a Duffy: “No puede dirigir la NASA alguien cuyo máximo mérito es trepar deprisa a los árboles”. Efectivamente, Duffy —un leñador profesional antes de dedicarse a la política— ganó varios campeonatos de esa especialidad. 

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