Aunque hayamos avanzado a pasos agigantados en cuanto a exploración espacial se refiere, aún quedan millones de secretos científicos por desentrañar en la propia Vía Láctea. Muchos de los comportamientos de nuestra galaxia no cuentan con una explicación que se pueda comprobar a día de hoy, y uno de sus mayores misterios es la llamada materia oscura.
En relación con este fenómeno aún por terminar de explorar, desde 2009 se está investigando un exceso inesperado de rayos gamma en la región central de la galaxia. El telescopio Fermi Gamma‑ray Space Telescope detectó esto hace más de diez años, pero después de mucha investigación, los científicos comienzan a barajar hipótesis cerradas de qué se podría tratar.
SeaPara contextualizar un poco, la anomalía se basa en una enorme cantidad de rayos gamma con energías del orden de algunos GeV (gigaelectrón-voltios) procedentes del centro galáctico. Se trata de una cantidad inesperada; que supera por completo lo que los científicos suelen observar.
La hipótesis que ha atraído mayor atención en esto es que estos rayos gamma se originan en la aniquilación de partículas de materia oscura en el núcleo de la galaxia. En resumen, según esta idea, las partículas se encuentran en un halo que se concentra hacia el centro galáctico, chocan entre sí y se destruyen, liberando rayos gamma.
Simulación que ilustra la distribución de partículas de materia oscura si la materia oscura no colisionara (en naranja) versus la materia oscura observada (en azul)
Varios modelos por ordenador han recreado, desde que surgió esta hipótesis, recrear cómo se comportaría la materia oscura si realmente formara un halo invisible alrededor de la Vía Láctea. Esas simulaciones muestran algo curioso: que el brillo de rayos gamma que se detecta desde el centro de la galaxia tiene una forma muy parecida a la que se esperaría si la materia oscura estuviera allí concentrada y se destruyera a sí misma al chocar entre partículas.
Pongamos que en el corazón de la galaxia hay una gran nube invisible compuesta de estas partículas misteriosas. Cuanto más cerca del centro, más densas estarían y, por tanto, más choques y más rayos gamma producirían. Al alejarte del centro, la cantidad de rayos disminuiría poco a poco, exactamente como observan los científicos.
Pero otra explicación bastante posible es que el exceso de rayos gamma no venga de la materia oscura, sino de miles de púlsares —estrellas de neutrones que giran a toda velocidad y emiten pulsos de energía.
Algunos estudios apuntan que el patrón de luz que vemos se parece más a una suma de pequeños puntos brillantes que a una nube difusa de materia oscura. Pero como están tan lejos y tan juntos, los telescopios actuales no pueden distinguirlos uno a uno. Sea como sea, es una prueba nueva de que la materia oscura sigue siendo uno de los mayores misterios a resolver por la ciencia.


