Ducharse es muy de 2025. Bueno, quien se duche. Pero en 2050, las duchas serán como la de la foto: cápsulas individuales de lavado personal, como quien se mete en una lavadora, pero sin dar vueltas.
De hecho, este invento no es nuevo. La idea original fue un proyecto que la mítica marca Sanyo presentó en los años 70, y que ahora la firma de electrónica Yamada Holdings ha reinventado para convertirla en un cubículo personal que todos querríamos, a medio camino entre bañera y ducha.
En esta nueva versión de la lavadora humana, la persona se cubre de una especie de niebla espesa de agua jabonosa en microburbujas, que limpian a la persona de forma delicada. Pasados unos minutos, una nueva tanda de microburbujas de agua a baja presión realiza el aclarado y, para terminar, se somete a un proceso de secado chorros de aire climatizado. Así de fácil y placentero.
A todo esto se le suman los extras de entretenimiento y relax. El proceso de lavado, que dura unos 15 minutos en total, se ameniza con música y con proyección de vídeos relajantes que también muestran la cuenta atrás hasta el momento de terminar.
El asiento está provisto de sensores biométricos para controlar que la persona que se lava no tenga ningún problema. Al salir, sales refrescado y seco, no necesitas toalla ni nada más, te vistes y te vas. Más de uno espera la versión de pareja del invento, para explorar nuevas posibilidades. La que te mostramos hoy, por cierto, cuesta 385.000 dólares. ¿Cuántas quieres?


