El impacto de la inteligencia artificial (IA) en la sociedad actual es innegable. Ha pasado de ser una herramienta digital útil a dominar por completo sectores clave como el entretenimiento, la medicina y la educación.
Su capacidad para procesar información, buscar referencias y hacer comparaciones, entre muchas otras tareas, está revolucionando la manera en que trabajamos, producimos y nos comunicamos. No obstante, este avance también ha desatado un amplio debate ético y moral, ya que muchos expertos insisten en aprovechar los beneficios de la IA, pero siempre sin perder de vista sus riesgos.

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Según los especialistas en la materia, en cuestión de unos años, numerosos puestos de trabajo (especialmente los automatizados) desaparecerán y serán sustituidos por máquinas, que realizarán la labor de manera más rápida y a un coste menor.
Sin embargo, Bill Gates, cofundador de Microsoft, compartió recientemente una predicción que llamó la atención de sus seguidores. Según la visión de esta figura clave en el mundo de la tecnología, la programación seguirá siendo una profesión 100% humana y no será reemplazada por la IA ni dentro de cien años.

Bill Gates en 2001.
El magnate explicó en una entrevista reciente para el medio francés France Inter que el valor de la programación radica en rasgos humanos, como la creatividad y el buen juicio, cualidades que las máquinas jamás podrán igualar.
Pese a que muchos otros compañeros tienen dudas al respecto, Gates tiene claro que la programación resistirá al fenómeno de la IA. Aunque la herramienta puede automatizar tareas y agilizar procesos, la resolución innovadora de problemas y el diseño conceptual se basan en la comprensión humana. Para poder escribir códigos se necesita una serie de comandos, pero también comprender desafíos complejos que requieren soluciones a medida. La IA será un apoyo espectacular que permitirá a los humanos ser más rápidos, corregir errores y exprimir su potencial, pero nunca podrá sustituir a las personas.
Siente miedo, pero tiene esperanza
En la entrevista, el empresario admitió que él también ''siente miedo'' ante la situación que se está dando con la IA, lo que demuestra que estamos ante un tema complejo, lleno de aristas y puntos a tener en cuenta.
En la misma conversación, Gates aportó esperanza, declarando que confía en que la inteligencia artificial aumente considerablemente la productividad en determinados ámbitos y trabajos, lo que regalaría a los seres humanos mucho más tiempo libre y de ocio. Esto siempre y cuando las herramientas se gestionen con prudencia.