Desde que OpenAI presentó públicamente ChatGPT, hace un par de años, no ha hecho más que perder dinero. Sí, ingresa miles de millones, pero mantener y hacer crecer su infraestructura supone un gasto todavía mayor.
Según MSNBC, el año pasado tuvo unas pérdidas de 5.000 millones de dólares, aunque mantiene el objetivo de ganar 125.000 millones en 2029.

Altman, en una imagen de archivo.
Según el analista tecnológico Ed Zitron, tanto OpenAI como Anthropic han entrado en lo que él denomina la “crisis subprime de la IA”. Su pronóstico es que van a caer como fichas de dominó por culpa de la centralización de los modelos que alimentan la burbuja.
La predicción de Ed Zitron
Así se ha formado la burbuja de la IA
Mi hipótesis es que se está gestando una especie de crisis de IA subprime, donde casi todo el sector ha comprado una tecnología a precio muy rebajado, altamente centralizada y subvencionada por las grandes tecnológicas. En algún momento, la increíble y tóxica tasa de consumo de la IA generativa les pasará factura, lo que a su vez provocará subidas de precios o que las empresas lancen nuevos productos y funciones con tarifas desorbitadas —como la exorbitante tarifa de 2 dólares por conversación del producto “Agentforce” de Salesforce— que hará que incluso los clientes empresariales más fieles, con un presupuesto de sobra, no puedan justificar el gasto.
¿Qué ocurre cuando toda la industria tecnológica depende del éxito de un tipo de software que solo genera pérdidas y, de entrada, no aporta mucho valor? ¿Y qué ocurre cuando la presión se intensifica, se vuelve imposible conciliar estos productos de IA y las empresas no tienen nada más que vender?
Podríamos estar a punto de saberlo.
La respuesta a estas preguntas se traducirá muy probablemente en tandas de despidos masivos, incrementos generalizados de precios e incluso una degradación de los servicios con publicidad donde antes no la había, respuestas patrocinadas y otros métodos de generar ingresos que no harán más que ensuciar los productos de OpenAI, Anthropic y otras grandes plataformas de inteligencia artificial.
De hecho, ya se han empezado a ver consecuencias de esta crisis. Cursor, la herramienta de IA basada en modelos de Anthropic para asistir en el desarrollo de software, ya ha aplicado una importante subida de sus tarifas, a pesar de reunir casi 1.000 millones de inversores. Tal encarecimiento armó un gran revuelo entre sus usuarios, lo cual a su vez supone una presión añadida para Anthropic, que anticipa una oleada de casos como el de cursor.

Sam Altman, durante una conferencia.
Burbuja IA
OpenAI también tendrá que subir tarifas
La principal fuente de ingresos de OpenAI son las suscripciones. Si no dan suficiente, habrá que subirlas. La mayor parte de sus 800 millones de usuarios usan la versión gratuita, y no sería agradable la reacción que tendrían si de pronto ChatGPT se convirtiera en una herramienta de pago.
Así pues, según el analista, la cuestión no es si van a subir los precios de la IA en general, sino cuándo y quién será el primer osado que lo haga. “De ningún modo esta situación llevará a OpenAI y Anthropic a un crecimiento sostenible. Esto, a largo plazo, tendrá un efecto negativo en sus ingresos”, sentencia Ed Zitron.