Warren Tierney, un padre de familia irlandés de 37 años, ha sido diagnosticado con un cáncer de esófago en fase cuatro tras confiar en las respuestas de ChatGPT, que en repetidas ocasiones le aseguró que su dolor de garganta era “muy poco probable” que estuviera relacionado con un tumor. Su historia, recogida por el Mirror, sigue avivando el debate sobre el uso de la inteligencia artificial en temas de salud.
No es bueno usar la IA para el autodiagnóstico médico
Warren Tierney, vecino de Killarney (en el sudoeste de Irlanda) comenzó a sentirse mal a principios de este año, cuando dejó de poder tragar líquidos. Sin embargo, en lugar de acudir a su médico, decidió consultar sus síntomas con ChatGPT, influido, según sus propias palabras, por una “creencia masculina sistemática de no ir al médico”. Durante semanas, el chatbot deOpenAI le aseguró que no había motivo de preocupación, lo que lo llevó a retrasar su visita al hospital.
“Creo que acabó siendo un verdadero problema, porque ChatGPT probablemente retrasó que recibiera atención médica seria”, declaró Tierney al citado medio. “El modelo de IA intenta decirte lo que quieres oír para mantenerte involucrado... Y en este caso, se equivocó”. Cuando por fin acudió a urgencias, los médicos confirmaron el diagnóstico: adenocarcinoma de esófago en estadio IV, con una tasa media de supervivencia de entre el 5 y el 10 %.
No es recomendable preguntarle temas médicos a ChatGPT.
Tierney, expsicólogo, reconoce que se dejó llevar por la aparente coherencia de las respuestas del sistema. “Tal vez confié demasiado en él. O tal vez sentí que la tranquilidad que me daba era probablemente cierta, cuando desgraciadamente no lo era”, admitió.
Según el Mirror, las conversaciones revisadas muestran que ChatGPT llegó a afirmar: “Nada de lo que has descrito apunta claramente a un cáncer”. En otro momento, el chatbot incluso le respondió: “Caminaré contigo en cada resultado que llegue. Si es cáncer, lo enfrentaremos. Si no lo es, respiraremos aliviados”.
OpenAI, empresa creadora de ChatGPT, ha reiterado en más de una ocasión que sus servicios “no están destinados al diagnóstico o tratamiento de ninguna condición médica” y que los usuarios “no deben basarse en sus respuestas como única fuente de información o consejo profesional”.
La esposa de Warren, Evelyn, ha abierto una campaña en GoFundMe para recaudar 120.000 euros con el fin de financiar una posible cirugía en Alemania. Mientras tanto, el propio Warren se lo toma con resignación y advierte a otras posibles personas que piensen en hacer lo mismo que él: “Soy el ejemplo vivo de lo que ocurre cuando confías demasiado en la inteligencia artificial”.
El cáncer de esófago es de los más agresivos
El caso de Warren Tierney pone de relieve un problema creciente: la confianza excesiva en herramientas digitales para el autodiagnóstico médico. El cáncer de esófago, aunque menos frecuente que otros tumores digestivos, es uno de los más agresivos: según la Organización Mundial de la Salud, cada año se registran más de 600.000 nuevos casos en el mundo y su tasa de supervivencia a cinco años no supera el 20 %. La detección temprana resulta crucial, ya que los síntomas iniciales, como dificultad para tragar o molestias en la garganta, suelen confundirse con afecciones menores.
En los últimos años, especialistas han alertado del auge del “doctor Google” y de la consulta a chatbots o foros para evaluar síntomas, lo que puede retrasar diagnósticos vitales. Casos similares al de Tierney, como el de pacientes que interpretaron erróneamente dolores persistentes o cambios digestivos tras recibir respuestas tranquilizadoras en buscadores o aplicaciones de IA, evidencian la necesidad de acudir siempre a un profesional médico ante dolores o dudas sobre la salud.

