En España se registraron más de 414.000 ciberestafas en 2024, según el Balance de Criminilidad del Ministerio del Interior. Por supuesto, la mayoría de víctimas no son precisamente expertos informáticos, sino usuarios corrientes que, sin mala fe, caen en trampas cada vez más sofisticadas.
Por eso, en este contexto saturado de enlaces dudosos, códigos QR pegados sobre otros y correos que fingen ser tu banco, una criminóloga española ha decidido crear un acompañante claro y sencillo de utilizar. Se llama BeValk y se presenta como un “guardián digital”: una aplicación que analiza riesgos, detecta fraudes antes de que ocurran y, si el daño ya está hecho, guía paso a paso para resolverlo.
La impulsora del proyecto es María Aperador, criminóloga especializada en ciberseguridad, divulgadora con miles de seguidores y autora del libro Mentalidad inhackeable. Hace poco lanzó la versión pública de BeValk bajo la promesa de que “tu seguridad digital empieza aquí”, y la respuesta no tardó en llegar: más de 4.000 usuarios se registraron en el primer día. Desde entonces, su comunidad de BeValkers no ha dejado de crecer.
Aperador llegó al mundo tecnológico desde la criminología aplicada a la seguridad digital. “BeValk nació de una realidad que veía a diario como criminóloga especializada en ciberseguridad y es que millones de personas son víctimas de fraudes digitales cada año, pero la mayoría no sabe cómo protegerse ni a quién acudir cuando algo ocurre”, relata.
BeValk, app de María Aperador.
Había detectado un vacío enorme entre educación, tecnología y prevención y, según ella, “las soluciones del mercado están pensadas para expertos, no para usuarios reales y son herramientas de uso totalmente pasivo”, por lo que se puso manos a la obra para remediar la situación.
Hasta ahora, las pocas aplicaciones destinadas al usuario común solían limitarse a verificar enlaces o bloquear virus. Existían escáneres como LinkWall o servicios de auditoría como BeVigil, pero ninguno ofrecía acompañamiento humano ni asistencia real después de una estafa. En cambio, BeValk combina en una sola plataforma prevención, verificación y ayuda personalizada, convirtiéndose en la primera app hispanohablante que ofrece protección digital integral sin exigir conocimientos informáticos previos.
Es una aplicación orientada al 99% de la población, muy intuitiva, también para personas mayores, porque ellas mismas han participado en la creación
De esta manera, BeValk intenta cubrir un hueco informativo que el usuario medio solo podría llenar dedicando un tiempo muy valioso que su día a día no le permite. Nadie puede culpar a un profesor de literatura, por ejemplo, por no saber lo que es ransomware y cómo evitarlo. No es su trabajo y no se puede exigir a todo el mundo que sepa de todo. De ahí que BeValk se haya erigido como una aplicación que protege a personas sencillas de forma sencilla, “acompañándolas en tiempo real y empoderándolas para entender los riesgos digitales antes de que sea demasiado tarde”, tal y como explica Aperador.
La experta en ciberseguridad asegura que esta cercanía con el ciudadano común se ha dado desde sus inicios: “La hemos construido en comunidad, junto con más de 770 seguidores que participaron en todo el proceso. Está enfocada a protegernos en internet frente a las estafas, desde un punto de vista preventivo, porque te avisa antes de que ocurra algo. Es una aplicación orientada al 99% de la población, muy intuitiva, también para personas mayores, porque ellas mismas han participado en la creación”.
Menú principal de BeValk.
Pero, ¿realmente cumple con su objetivo? Para mí, sí. Una vez descargada, la versión disponible en Google Play hace gala rápidamente de esa sencillez de la que se ufana su creadora: un escáner que analiza enlaces, códigos QR, direcciones de wallets y correos para detectar señales de fraude; un asistente de inteligencia artificial llamado MarIA para resolver dudas en tiempo real; y un flujo de ayuda si el usuario ya ha caído en una trampa.
“Una de las funciones más novedosas es el botón ‘Necesito ayuda’: cualquier persona que haya caído en una estafa o en un engaño puede pulsarlo y automáticamente recibirá acompañamiento y ayuda para resolver el incidente”, comenta Aperador. Ese rasgo —un protocolo de asistencia posterior al fraude— la distingue de la mayoría de apps del mercado, centradas solo en bloquear o advertir.
Una de las funciones más novedosas es el botón ‘Necesito ayuda’: cualquier persona que haya caído en una estafa o en un engaño puede pulsarlo y automáticamente recibirá acompañamiento y ayuda para resolver el incidente
Todo está acompañado de una interfaz amable y mensajes que tranquilizan: “no estás solo frente a las amenazas”. En mis pruebas, BeValk respondió con claridad y prudencia. Al verificar un enlace sospechoso que había recibido por SMS, la app me ofreció una valoración razonada —no una sentencia tajante—, señalando posibles riesgos y aconsejando cómo proceder. No promete certezas absolutas, sino grados de confianza, algo poco habitual en un ecosistema donde la mayoría de herramientas tiende a asegurar lo imposible.
Otra señal de confianza es que la aplicación declara no compartir datos con terceros ni recopilar información de los usuarios. En su política de privacidad se deja claro que BeValk “nunca solicita información personal a menos que realmente sea necesaria para prestar los servicios requeridos”.
Función “Analiza tu enlace” de BeValk.
Así, Aperador insiste en que “la transparencia no es solo un valor, es parte del diseño de BeValk” y detalla que trabajan “con DataGuardians, expertos en derecho digital y cumplimiento normativo, para asegurar que todos los procesos cumplan con el RGPD, los principios de ética tecnológica y los más altos estándares de privacidad. Cada decisión técnica refleja el mismo compromiso que comunicamos: proteger de verdad, sin opacidad ni tecnicismos vacíos”.
Un software as a service sin medias tintas. Tecnología para protegerse de los riesgos tecnológicos. “Nuestro objetivo es que la tecnología trabaje por el usuario, no al revés”, sentencia Aperador. La innovación, como no podría ser de otra manera, es el “núcleo del servicio”. Su asistente de ciberseguridad, MarIA, “utiliza Inteligencia Artificial para ofrecer diagnósticos personalizados, detectar riesgos y guiar a cada usuario según su nivel de exposición digital”.
A diferencia de otros desarrollos que confían toda la experiencia a la IA, BeValk equilibra la automatización con asistencia humana: si el fraude ya se ha producido, la app conecta con especialistas que orientan los pasos a seguir.
Además, Aperador quiere que su proyecto va más allá de la aplicación. En torno a ella se ha articulado una comunidad que participa, aprende y comparte experiencias de seguridad digital. A través de BeValk Academy, su CEO ofrece cursos y contenidos divulgativos sobre cómo piensan los estafadores, qué hacer si ya se ha caído en una trampa y cómo adquirir hábitos de higiene digital básicos para “enseñarte a protegerte online sin complicaciones, con claridad y sin miedo”.
Chatbot MarIA de BeValk.
De este modo, María Aperador no solo aspira a proteger, sino también a inspirar un cambio cultural en torno a la ciberseguridad. “Nuestra cultura se basa en protección, valentía y claridad. Protección, porque todo lo que hacemos tiene un propósito: que las personas se sientan seguras. Valentía, porque estamos desafiando una industria dominada por el miedo y la tecnofobia, ofreciendo seguridad con empatía. Y claridad, porque creemos que explicar bien vale más que asustar”, resume la fundadora.
Por otra parte, BeValk ya ha tejido alianzas con empresas y startups del sector tecnológico y de la privacidad. “La colaboración es una parte esencial de nuestro crecimiento. Trabajamos bajo un modelo de innovación abierta, colaborando con empresas consolidadas y startups que comparten nuestra visión de una ciberseguridad más accesible y humana. Hemos recibido el apoyo de Cybertix, referentes en el sector, así como de startups tecnológicas españolas como Internxt, con quienes compartimos el compromiso por la privacidad y la protección digital”, explica Aperador.
Cada nuevo desarrollo pasa por un ciclo de vida responsable, desde el diseño ético de IA hasta la protección de datos por diseño
Es fácil ver que hay una pulsión ética que impregna toda la estructura del proyecto. “Cada nuevo desarrollo pasa por un ciclo de vida responsable, desde el diseño ético de IA hasta la protección de datos por diseño”, detalla.
Sin embargo, estos miramientos morales no impiden a la criminóloga mirar más allá de su lanzamiento inicial y hacer planes ambiciosos a medio y largo plazo. “Nuestro objetivo es convertirnos en el ecosistema de protección digital líder en el mundo hispanohablante. En los próximos años consolidaremos la app, la comunidad y nuestras alianzas B2B con bancos, aseguradoras y entidades educativas. Aspiramos a que cada ciudadano tenga un ‘botón de protección digital’ en su bolsillo y que BeValk sea sinónimo de confianza, prevención e independencia frente al cibercrimen”, proyecta Aperador.
Para ella, el éxito no se mide solo en descargas sino por “impacto real, por usuarios protegidos y amenazas evitadas, nivel de conciencia y hábitos digitales antes y después del uso, satisfacción y confianza percibida, conversión de usuarios freemium a premium como reflejo de valor, y alianzas sostenibles con empresas que integren la ciberseguridad como parte de su cultura. Para nosotros, la rentabilidad es la consecuencia natural de generar confianza y transformación”.
Con BeValk, María Aperador aspira a convertir la ciberseguridad en un hábito cotidiano, no en un campo de batalla reservado a expertos. En un entorno cada vez más plagado de trampas digitales, su apuesta por la empatía, la prevención y la claridad puede marcar la diferencia. No en vano, BeValk recibe su nombre de las valkirias, mujeres guerreras que eran símbolo de fuerza, coraje y protección. Un símbolo que María espera que todos hagamos propio.




