Es muy probable —y cada vez lo será más— que recibas multitud de mensajes de WhatsApp cada día. La mayoría son del pesado de turno que no tiene límites y te envía todo lo que le pasa por la cabeza. Pero también podría ser que lleguen a tu teléfono muchos mensajes que no has solicitado, procedentes de números que no conoces. A veces, ni siquiera proceden de tu país, lo cual tiene todos los puntos para ser una estafa.
Meta no es ajena a esta problemática y se ha propuesto terminar —o, al menos, reducir— la cantidad de comunicaciones no solicitadas, imponiendo un límite a la cantidad de mensajes que se pueden enviar a un número desconocido y no tengan respuesta. Son unas condiciones poco ortodoxas, pero que tienen su sentido.
Cuando algún indeseable empieza a enviar spam con intenciones publicitarias o incluso delictivas, lo que suele pasar es que, generalmente, reconocemos que eso es un mensaje trampa y lo ignoramos o lo borramos, pero en ningún caso responderemos o le seguiremos el juego.
Estas son las características más relevantes que distinguen los mensajes de spam de los simples pesaditos: que se envían a desconocidos y que no suelen tener respuesta. En cualquier caso, Meta ha lanzado un aviso a través del portal TechCrunch para tranquilizar a la población:
El usuario medio no suele alcanzar el límite, y su experiencia de mensajería no se verá afectada. En cambio, los controles están diseñados para ser efectivos contra personas y empresas que bombardean con mensajes y spam.
Se desconoce cuál será el límite que impondrá WhatsApp a los spammers, pero sí se conoce que habrá una especie de contador que irá sumando todos los mensajes enviados. Los que tengan alguna respuesta, los irá descontando. Así, se irán acumulando los mensajes no respondidos y, al aproximarse a la cifra, el usuario irá viendo notificaciones que le informan de que se está acercando a la cuota. Esto se aplicará tanto a usuarios individuales como de empresa.
La efectividad de la medida que aplicará Meta —y que ya se está empezando a probar en algunas regiones— tiene algún flanco cuestionable, pues las organizaciones delictivas y de publicidad masiva saben que tienen que ir cambiando de números habitualmente, porque la gente los va bloqueando. Así, los spammers exprimirán las cuotas de todos los números que usen, y cuando lleguen al límite cambiarán de número para seguir enviando más mensajes.


