Kristian Lukauskis y Alexander Dillon, emprendedores tecnológicos desde los 16 años: “Ser amigos está por encima de los negocios; el dinero va y viene, pero una amistad puede durar toda la vida”

ChatBlu

Los creadores de ChatBlu son dos emprendedores que acaban de hacer historia como los fundadores más jóvenes en España en cerrar una ronda de financiación presemilla de 500.000 dólares

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Kristian Lukauskis y Alexander Dillon, emprendedores tecnológicos desde los 16 años.

Alexander Dillon y Kristian Lukauskis, emprendedores tecnológicos desde los 16 años.

Manuel Dopazo

Con tan solo 20 y 19 años respectivamente, Kristian Lukauskis (Miami, 2004) y Alexander Dillon (India, 2005) acaban de hacer historia como los fundadores más jóvenes en España —y de los más jóvenes a nivel global— en cerrar una ronda de financiación presemilla de 500.000 dólares. Lo han logrado con ChatBlu, una startup que pretende transformar el comercio electrónico mediante inteligencia artificial.

Esta IA cumple las funciones de un agente para tiendas online que automatiza la gestión del inventario y mejora la eficiencia operativa de las tiendas online, ayudándolas a evitar quedarse sin stock o acumular productos innecesarios. Así, junto a su CTO, Sairam Vangapally (32), exingeniero de Amazon y Shutterfly, y su responsable financiero, Luis Varona (20), el equipo busca combinar juventud, visión y experiencia técnica de alto nivel.

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La ronda ha sido liderada por Matador Ventures Capital, con participación de inversores procedentes de Amazon y Google, y se enmarca dentro de la prestigiosa Genoa Entrepreneurship School. Con el respaldo de mentores de Apple, Sequoia y Tesla, y con experiencia previa en proyectos que generaron más de 300.000 dólares, Kristian y Alexander se embarcan ahora en una nueva etapa para llevar ChatBlu a los marketplaces más grandes del mundo.

Exploramos la historia de amistad y emprendimiento precoz tras estos dos jóvenes de ascendencia internacional criados en España, así como las dificultades y retos a los que han tenido y tendrán que enfrentarse.

Captura de pantalla de Chatblu.

Captura de pantalla de ChatBlu.

¿Qué es ChatBlu?

Kristian Lukauskis (KL): ChatBlu es el primer agente autónomo de IA para gestión de inventario en e-commerce. Ofrecemos un agente de inteligencia artificial que automatiza por completo la gestión de inventario y la relación con proveedores, permitiendo a cualquier tienda olvidarse de esa carga operativa.

¿Cómo surgió la idea de levantar este proyecto?

KL: La idea original surgió en 2023, durante una comida en Madrid con un cliente de mi agencia de marketing, que tenía una tienda e-commerce en España y Perú. Me comentó que buscaba una IA para mejorar su atención al cliente, y eso me llevó a pensar y desarrollar un creador de chatbots entrenables para tiendas online. Sin embargo, el proyecto quedó en pausa por falta de tiempo. Más tarde, al entrar en el programa de la Universidad de Génova, decidí retomarlo en serio y llamé a Alex para formar un equipo. Queríamos levantar fondos, algo que nunca habíamos hecho antes, y para eso necesitábamos un perfil técnico. Durante mi estancia en Silicon Valley empecé a conocer desarrolladores y así conectamos con nuestro CTO, que venía de Amazon.

Alexander Dillon (AD): Inicialmente, nuestra idea no encajaba del todo con los fondos, lo que nos llevó a pivotar hacia lo que ahora es ChatBlu. Cuando llegamos a esta visión que sí calza perfectamente con la experiencia previa de nuestro equipo —con backgrounds en Amazon, Apple, Meta y e-commerce—, fue cuando empezamos a cerrar nuestras primeras rondas con fondos de EE. UU., Europa y Arabia Saudí. No fue un camino lineal, sino una montaña rusa de validaciones y ajustes.

Logramos formar una buena amistad porque éramos prácticamente los únicos en el curso que hacíamos algo más allá de simplemente estudiar

Alexander Dillonemprendedor

Entonces ya erais amigos antes de montar esta empresa.

KL: Alex y yo nos conocimos hace unos tres años, en bachillerato, cuando ambos empezábamos a emprender con nuestras propias agencias de marketing, centradas en e-commerce y anuncios pagados para empresas de EE. UU., Canadá y Reino Unido.

Luego empezasteis a emprender cuando todavía erais menores de edad.

KL: Sí, básicamente empecé con 16 años, metiéndome en el mundo de los NFT y las criptomonedas, que en ese momento estaban en pleno auge. A partir de ahí fui desarrollando habilidades y comencé a colaborar con pequeños artistas y discográficas, especialmente en un proyecto NFT relacionado con la música. Eso despertó en mí una faceta más empresarial, y empecé a tomarme en serio el emprendimiento. Un amigo me propuso montar una agencia de marketing centrada en publicidad en TikTok, y así fue como seguí evolucionando. La verdad es que empezamos bastante jóvenes. Desde entonces no he parado de moverme en este entorno.

AD: Yo también empecé con una agencia de marketing a los 16 años. Kris y yo nos dimos cuenta en clase de que ambos estábamos trabajando en lo mismo. Eso nos unió bastante desde el principio. Logramos formar una buena amistad porque éramos prácticamente los únicos en el curso que hacíamos algo más allá de simplemente estudiar. Compartíamos la misma motivación emprendedora.

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Sin embargo, habéis seguido itinerarios formativos diferentes.

KL: Sí. Después del bachillerato, estudié un año en la Universidad de Saint Louis en Madrid, una de las pocas universidades americanas con campus en España, pero dejé la carrera para emprender a tiempo completo. Luego me uní a la Universidad de Emprendimiento de Génova, en Italia, que tiene un acuerdo con Columbia Business School. Gracias a ese programa estuve un semestre en EE. UU., con estancias en Silicon Valley y Nueva York, y finalicé los estudios en Italia. Fue ahí donde nos pusieron en contacto con inversores y redes clave. Parte de la financiación que conseguimos en esta ronda pre-seed vino gracias a ese apoyo.

AD: Por mi parte, ahora mismo estoy estudiando en Inglaterra, y aunque trabajamos desde distintos lugares, seguimos muy coordinados. Yo estoy especialmente enfocado en desarrollar contactos en el Reino Unido. Nuestra colaboración siempre ha sido muy fluida, incluso a distancia. El equipo está muy distribuido, pero bien conectado. Y cada uno aporta desde su propio contexto local para hacer crecer el proyecto.

Nuestra prioridad es perfeccionar el producto: si a la gente le gusta y lo usa, el dinero llegará solo

Kristian Lukauskisemprendedor

Dado que sois muy jóvenes, muchos inversores habrán sentido que se estaban lanzando a la piscina con vosotros. ¿Os amedrentó saber que teníais que convencer a gente mucho mayor y más experimentada?

KL: En cuanto a tener algún problema o barrera relacionada con la edad, la verdad es que no hemos tenido ninguno. Y creo que eso es porque tanto Alex como yo ya nos habíamos quitado ese miedo hace uno o dos años, cuando aún estábamos con nuestras agencias de marketing. En ese momento ya empezamos a trabajar con clientes reales, a mover dinero y a tomar decisiones importantes, así que esa inseguridad por la edad la dejamos atrás bastante pronto.

AD: Exacto. Con las agencias de marketing empezamos con 16 o 17 años, intentando vender soluciones a personas de 28, 35 o incluso más. Y cuando haces eso desde tan joven, aprendes rápido a atravesar esa barrera de la edad. Como ha dicho Kris, se trata de saber cómo explicarte de una forma que haga que la otra persona no esté pensando todo el tiempo cuántos años tienes. Cuando logras eso, la edad deja de ser un factor importante.

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ChatBlu acaba de asegurar 500.000 dólares en financiación pre-seed, lo que posiblemente os haya puesto en el foco ya no solo de mayores inversores, sino de potenciales compradores. ¿Os gustaría mantener la empresa por vosotros mismos o veis posible un caso de adquisición en el futuro?

AD: Barajamos varias opciones, la verdad, pero de momento queremos enfocarnos en cómo desarrollar un buen producto que se mantenga a la altura de las expectativas.

KL: Nuestra prioridad es perfeccionar el producto: si a la gente le gusta y lo usa, el dinero llegará solo. No sentimos presión por generar ventas inmediatas, sino por entender bien qué necesita nuestro público. En el futuro, una adquisición podría tener sentido, sobre todo si encajamos como tecnología complementaria para empresas como Shopify o Amazon. Por supuesto, si viniera una buena oferta, veríamos con buenos ojos la idea de vender, porque nos daría tranquilidad y libertad para seguir creando otros proyectos. Pero creo que eso vendrá a largo plazo.

Alexander Dillon y Kristian Lukauskis, emprendedores tecnológicos desde los 16 años.

Alexander Dillon y Kristian Lukauskis, emprendedores tecnológicos desde los 16 años.

Manuel Dopazo

¿Cómo os cuidáis mental y físicamente en una etapa tan exigente como esta, especialmente después del esfuerzo por conseguir financiación? ¿Sentís ahora menos presión o incluso más que antes?

AD: Bueno, para poder equilibrar el trabajo y cuidarnos mental y físicamente, yo diría que es muy importante dedicar tiempo a cosas que no tienen nada que ver con el trabajo. Trabajar cuando hace falta, claro, y trabajar cuando puedes, pero también darte espacio para desconectar. Ahora mismo, tanto Kris como yo estamos en Valencia y, de vez en cuando, salimos a jugar al pádel o hacemos algo simplemente para no pensar en trabajo y relajarnos un poco, enfocarnos en otras cosas. Pero también creo que, cuando estás creando algo que realmente te apasiona, cuando amas lo que haces, el hecho de pensar en ello todo el día no es algo que te canse, al contrario, es algo que disfrutas.

KL: Ahora mismo siento mucha menos presión, sobre todo después de conseguir los fondos. Para mí no había un plan B: era esto o nada, así que ahora lo vivo con más tranquilidad. Durante la etapa de financiación, incluso hacía ejercicio con otros compañeros del programa —nos levantábamos temprano y corríamos 10 km por las mañanas— como una forma simbólica de afrontar la maratón que es levantar fondos. Hoy sigo intentando mantenerme activo con el deporte, ya sea pádel, fútbol o baloncesto. Y mentalmente también busco desconectar por completo: quedar con amigos o familia, hablar de cualquier cosa menos trabajo. Además, tengo varias aficiones fuera del emprendimiento, como el cine, las series o la historia, y eso también me ayuda a equilibrar.

Desde pequeño tuve una visión bastante amplia del emprendimiento y de cómo se vive en distintas culturas

Alexander Dillonemprendedor

¿De dónde viene vuestra faceta emprendedora? ¿Es algo habitual en vuestra familia o es una pulsión que ha ido despertando con el tiempo?

KL: Creo que es una mezcla de las dos cosas: por un lado, está la influencia de la familia, y por otro, esas ganas de hacer algo que no sea lo típico, que se salga un poco de lo normal. Me mueve mucho la idea de conseguir algo que esté un poco por encima de lo estándar.

AD: Por mi parte, creo que viene mucho de mi padre, que ha sido emprendedor desde que nací. Siempre he seguido de cerca sus negocios en distintas industrias, como la restauración o la construcción, en países como Estados Unidos, varios de Latinoamérica y también en España. Así que desde pequeño tuve una visión bastante amplia del emprendimiento y de cómo se vive en distintas culturas. Siempre me llamó la atención, aunque al principio no sentía aún el impulso de meterme de lleno. Ese impulso llegó más tarde, por mi cuenta, al ver en redes sociales a otros jóvenes que estaban creando cosas por su cuenta. Ahí fue cuando decidí dar el paso.

Entonces vuestros padres no pondrán mucho impedimento en que aparquéis los estudios y os dediquéis a los negocios, ¿o sí?

KL: Por mi parte, sí. Mi padre también ha sido emprendedor, aunque con una mentalidad más de la vieja escuela. Por eso, cuando decidí dejar la universidad fue un shock grande para él. Yo, sin embargo, confiaba plenamente en mis capacidades y en lo que estaba construyendo, y sabía que era la mejor decisión para mí. Al final, ha salido bien, pero sí que hubo momentos difíciles. Tuve bastantes discusiones con mi padre; con mi madre fue algo más llevadero, aunque también le afectó. Ha sido un proceso complicado, pero necesario.

AD: Yo sigo con mis estudios, así que no he tenido problemas a ese nivel. Aunque mi padre piensa muy parecido al de Kris. Me dice que trabaje y haga mis proyectos, pero que lo equilibre con los estudios. Mientras mantenga ese equilibrio, está bien; pero no quiere que deje la universidad.

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¿Quiénes son vuestros referentes en el emprendimiento?

KL: En mi caso, diría que Elon Musk. Durante un programa en San Francisco pude visitar la primera fábrica de Tesla y ver su despacho. Musk está creando el futuro que antes solo veíamos en películas, y eso es lo que yo también quiero lograr: un impacto en el mundo y pensar en el futuro de la humanidad desde una perspectiva más filosófica. Otro que me inspiró mucho al empezar fue Iman Gadzhi, un emprendedor e influencer del Reino Unido que documentó su camino creando una agencia de marketing desde joven. Ver sus vídeos me motivó a lanzar mi primera agencia a esa misma edad.

AD: Estoy con Kris. Musk es una persona que está obsesionada con su trabajo. Siempre está buscando la innovación y llevar sus negocios al siguiente nivel. Me gustaría emularlo.

Y dada la forma en que os conocisteis y vuestros roles dentro de la empresa, ¿no os sentís identificados con figuras como Mark Zuckerberg y Eduardo Saverin?

KL: ¿Por?

Porque ellos también se conocieron mientras estudiaban y fraguaron su amistad en torno al proyecto de Facebook. Incluso Zuckerberg dejó los estudios para centrarse en su empresa. Como tú, Kristian. Y Saverin, sin embargo, siguió con los suyos. Como tú, Alexander. Eso sí... acabaron fatal y entre demandas.

AD: A ver, no creo que nos vaya a pasar algo así. Somos amigos y tenemos un nivel de comunicación muy bueno. Así que, si en algún momento hay tensiones, creo que seríamos capaces de resolver el problema.

KL: Hemos tenido muy claro desde el principio que van a surgir tensiones. Asumimos que es parte de cualquier startup. Por eso firmamos un acuerdo de cofundadores, y también hablamos mucho sobre cómo separar lo personal de lo profesional. Queremos que nuestra amistad esté por encima del proyecto, y para eso intentamos mantener siempre esa línea clara. Además, algo que Alex ha transmitido desde el principio —y que comparto totalmente— es que el dinero nunca debe ser motivo de división entre amigos. El dinero va y viene, pero una amistad puede durar toda la vida, y eso para nosotros es una prioridad.

 

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