En 1982, Steve Jobs sorprendió al auditorio de la Academy of Achievement con una reflexión que aún hoy inspira a miles de personas: su concepción de la inteligencia iba mucho más allá del coeficiente intelectual. Y es que para el cofundador de Apple la verdadera inteligencia consistía en comprender el panorama completo, no solo los detalles.
La inteligencia va mucho más allá del coeficiente intelectual
Steve Jobs, un avanzado a su tiempo
“Yo he reflexionado un poco sobre esto, y una de las cosas que me parece importante es que mucho tiene que ver con la memoria, pero también con la capacidad de alejarse un poco, como si estuvieras en una ciudad y pudieras ver todo desde el piso 80, mirando hacia abajo. Mientras otros intentan descubrir cómo ir del punto A al punto B leyendo esos mapas absurdos, tú puedes ver todo delante de ti”, explicó Steve Jobs en su discurso.

Steve Jobs durante la presentación de un iPhone, el terminal que revolucionó la telefonía
La metáfora de la ciudad desde el piso 80 refleja la idea de que la inteligencia no es solo acumular datos, sino conectar información y detectar patrones que parecen invisibles desde la rutina diaria. “Por eso, las personas brillantes a menudo se sienten culpables, porque se les ocurren cosas que simplemente dicen ‘mira esto’, y otras personas les dan premios tontos y se sienten raros”, añadió el empresario, subrayando la soledad que a veces acompaña a la creatividad.
Desde esta perspectiva, Jobs definía la capacidad de anticipar soluciones y de entender sistemas complejos como el verdadero indicador de inteligencia, más que memorizar fórmulas o seguir instrucciones al pie de la letra.
No obstante, otras personalidades del mundo tecnológico comparten visiones distintas sobre el éxito. Bill Gates, por ejemplo, valora la planificación ante escenarios extremos más que el entrenamiento de la memoria, mientras que Warren Buffett destaca la paciencia y la gestión del tiempo como claves para alcanzar las metas marcadas.
Lo que está claro es que muchos años después, el mensaje de Steve Jobs sigue vigente: ser inteligente no consiste en conocer todos los detalles, sino en tomar altura suficiente para comprender el conjunto y trazar caminos claros hacia el éxito. Su metáfora del “piso 80” sigue inspirando a quienes buscan 'ver más allá de los mapas' y descubrir 'rutas que otros ni siquiera imaginan'.