Loading...

Una experta en IA contratado por Google revela la cruda realidad: “Me impactó que mi trabajo implicara trabajar con contenido tan inquietante”

Lo que hay detrás

Una redactora técnica de IA ha expuesto la realidad en 'The Guardian' sobre cómo tiene que lidiar día a día con material sensible

La IA de Google no es tan visionaria como parece: estos dispositivos ya traducían en tiempo real hace dos años

Dos empleados en la oficina usando IA

CISCO / Europa Press

Si bien la inteligencia artificial ayuda a millones de humanos en su día a día y acortan tiempo en el mundo empresarial, en su propia concepción, no se podría alcanzar los razonamientos que aporta sin la intervención humana.

Lee también

Esta relación bidireccional hace que el proceso de desarrollo de la inteligencia artificial esté supeditado por humanos que se encargan de mejorar y perfeccionar estos mecanismos. 

Sin embargo, una investigación publicada por The Guardian ha desvelado que algunos de estos supervisores de la IA deben afrontar situaciones con material violento y desagradable. La cruda realidad detrás de la IA.

La IA de Google Gemini.

GOOGLE / Europa Press

Google pretende recortar distancias en la carrera de la IA perfeccionando a Gemini. Para ello, miles de profesionales se encargan diariamente de hacer que este chatbot sea más preciso. Una de estas profesionales es Rachael Sawyer, contratada por Google a través de GlobalLogic, y quien nunca esperó enfrentarse a este trabajo.

“Ni el título ni la descripción del puesto mencionaban la moderación de contenido”

Su función era supervisar, evaluar y moderar el contenido que la IA ofrecía al usuario. En momentos puntuales, debía hacer lo mismo con material violento y sexualmente explícito que Gemini aportaba a través de texto. No obstante, esto dejó de ser ocasional y se convirtió en habitual.

De un día a otro, comenzó a enfrentarse a contenido sensible sin esperarlo. “Me impactó que mi trabajo implicara trabajar con contenido tan inquietante”, explicó Rachael Sawyer al diario británico para exponer una realidad poco conocida.

Lee también

Ni corazones ni caritas llorando de la risa: los nuevos emojis de WhatsApp aprobados oficialmente y que podrás mandar en tus mensajes

Mònica Santiago

“No solo me sorprendió porque no me avisaron ni me pidieron que firmara ningún formulario de consentimiento durante la incorporación, sino porque ni el título ni la descripción del puesto mencionaban la moderación de contenido”, señaló con incredulidad.

Etiquetas