“Si nos fijamos en las cifras, hay mucho margen de mejora”: este grupo de chicas jóvenes está luchando a capa y espada para acabar con el Silicon Valley más patriarcal
FoundHer House
Una iniciativa impulsada por jóvenes programadoras busca fomentar la presencia femenina en el ecosistema tecnológico y ofrecer un espacio seguro para el talento emergente
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Chica joven programando.
Silicon Valley es predominante masculino. Eso no va a pillar por sorpresa a nadie. La mayoría de los CEOs y fundadores de empresas tecnológicas son hombres, no porque posean una predisposición genética especial ni porque estén mejor capacitados que las mujeres, sino porque el sistema está diseñado para que ellos prosperen.
Las mujeres, en cambio, se enfrentan a barreras visibles e invisibles que limitan su acceso y su ascenso. Cuando los círculos de inversión, las carreras técnicas, las startups y los puestos de liderazgo están dominados casi por completo por hombres, la pregunta se impone: ¿qué espacio queda realmente para las mujeres en el corazón de la innovación?
Las mujeres siempre lo han tenido más difícil para avanzar en la sociedad, por los muchos obstáculos ligados a las expectativas de género. Por eso no sorprende que surjan cada vez más iniciativas destinadas a cerrar esa brecha. Algunas nacen de mujeres que, sencillamente, están cansadas de no tener las mismas oportunidades que sus compañeros.
De ahí que no resulte extraño que un grupo de jóvenes haya decidido tomar las riendas y replicar un modelo típicamente masculino —el de las hacker houses—, pero con un giro necesario: crear un espacio exclusivamente femenino, pensado para aprender, innovar y crecer sin las barreras que todavía persisten en el resto del ecosistema tecnológico.
Dejad hueco
Las mujeres quien hacerse un sitio en Silicon Valley
Para empezar, ¿qué es exactamente una hacker house? Se trata de un espacio —que no tiene por qué ser literalmente una casa— donde personas vinculadas al mundo de la tecnología conviven o se reúnen para compartir conocimientos, proyectos e ideas.
En estos entornos colaborativos pueden nacer nuevas startups, pero también se forjan lazos profesionales y personales que facilitan futuras oportunidades laborales. Más que un lugar físico, una hacker house es una comunidad. Un punto de encuentro para aprender, experimentar y crear en compañía de otros apasionados por la innovación.
FoundHer House.
El proyecto ofrece un espacio compartido para hasta ocho residentes, diseñado no solo para trabajar y aprender, sino para construir una comunidad
La relevancia de las hacker houses en la cultura de Silicon Valley es innegable. Quienes forman parte de ellas no solo terminan impulsando nuevas startups —con mayor o menor éxito—, sino que también construyen redes de contactos decisivas para su futuro profesional. Participar en una de estas comunidades suele traducirse en más oportunidades, más visibilidad y un acceso privilegiado a los círculos de innovación.
Sin embargo, aunque las mujeres no estén formalmente excluidas, resulta evidente por qué muchas no se sienten cómodas —ni bienvenidas— en entornos dominados casi en su totalidad por hombres. Convivir en una casa con siete u ocho compañeros varones puede ser intimidante, o simplemente poco atractivo, para quienes buscan un espacio de colaboración seguro y equitativo.
Por eso, un grupo de jóvenes decidió crear su propia versión: FoundHer House, una hacker house pensada por y para mujeres. El proyecto ofrece un espacio compartido para hasta ocho residentes, diseñado no solo para trabajar y aprender, sino para construir una comunidad donde las mujeres puedan imaginar —y liderar— el futuro de la tecnología.
Fundada por Miki Safronov-Yamamoto y Anantika Mannby, dos jóvenes estudiantes de la Universidad del Sur de California, FoundHer House nació con un propósito claro: desafiar la brecha de género en el corazón de la industria tecnológica.
No es un gesto simbólico. La desigualdad es abrumadora. De los 3.212 acuerdos de capital de riesgo cerrados este año con startups centradas en inteligencia artificial, menos del 20 % contaban con al menos una fundadora mujer. Una cifra que deja claro que, incluso en el sector más prometedor y transformador del momento, las mujeres continúan siendo una minoría casi invisible.
Componentes de FoundHer House.
“Tenemos mucho por hacer, porque si nos fijamos en las cifras, hay mucho margen de mejora”, cuentan en The New York Times. De este modo, la iniciativa busca reducir la brecha de género que todavía persiste en el mundo tecnológico.
Aunque su impacto sea, por ahora, a pequeña escala, su valor simbólico y práctico es enorme: ofrecer un modelo alternativo y servir de inspiración para que más mujeres se animen a crear sus propios espacios, proyectos y redes de apoyo. Porque a veces, cambiar una industria entera empieza por abrir una sola puerta.
El objetivo tras FoundHer House
Cambiar Silicon Valley, ¿pero para qué?
¿Pero es esto suficiente? ¿Y, sobre todo, es este el cambio que Silicon Valley necesita? Ideológicamente, el valle está cada vez más desconectado del resto del mundo. En lo tecnológico, su gran apuesta —la inteligencia artificial— no termina de traducirse en avances tangibles más allá del ruido mediático.
Cada vez más voces hablan de la burbuja de la IA, un fenómeno que podría acabar siendo tan devastador como la crisis de las dot com o incluso peor que las recientes crisis financieras. Y, por mucho que se logre la paridad de género en las inversiones, eso no bastará para evitarlo. Como mínimo, eso sí, sería un desastre financiero sin discriminación de género.
De poco sirve reemplazar a algunos hombres por el mismo número de mujeres si todos siguen reproduciendo la misma lógica que ha llevado a la tecnología a su actual crisis de propósito
El fondo del problema es otro. Estas iniciativas, aunque bien intencionadas, tratan de corregir un síntoma —la brecha de género— sin cuestionar los problemas estructurales que lo originan: la cultura del exceso, el culto al éxito rápido, el individualismo competitivo y una ideología tecnocrática que sigue priorizando la eficiencia sobre el bienestar humano.
De poco sirve reemplazar a algunos hombres por el mismo número de mujeres si todos siguen reproduciendo la misma lógica que ha llevado a la tecnología a su actual crisis de propósito.
Aun así, iniciativas como FoundHer House son valiosas. Abren caminos, crean referentes y visibilizan una desigualdad que sigue siendo profunda. Pero también nos recuerdan algo más incómodo: que no basta con cambiar quién ocupa el poder, sino para qué se ejerce. Porque en el mundo que hemos construido, incluso los gestos más justos necesitan ir acompañados de un cambio de raíz.