Durante muchos años, Gabe Newell ha sido visto como una figura casi legendaria en el mundo de los videojuegos. Cofundador de Valve, padre de la plataforma Steam y diseñador de títulos legendarios como Half-Life o Portal, se ha convertido en uno de los tótems intocables de la industria. No obstante, su futuro parece alejado en los videojuegos, ya que está ocupándose de otro frente muy distinto: el interior de tu cráneo.
A pesar de que muchos gamers conservan aún la esperanza de que Gabe Newell estrene algún día Half-Life 3 —más o menos los mismos que esperan que George R.R. Martin saque Vientos de invierno—, el empresario ha estado trabajando con mucho más ahínco en Starfish Neuroscience, startup que lanzó en 2019 y cuyo objetivo no podría ser más ambicioso: desarrollar una interfaz cerebro-ordenador (BCI, por sus siglas en inglés).

Prototipo de Starfish Neuroscience.
Prevemos que nuestros primeros chips llegarán a finales de 2025
Ahora, Gabe Newell ha anunciado que se prepara para presentar su primer lote de interfaces cerebro-computadora durante este mismo año. “Prevemos que nuestros primeros chips llegarán a finales de 2025 y nos interesa encontrar colaboradores para quienes un chip de estas características pueda abrir nuevas y emocionantes oportunidades”, explica el ingeniero de Starfish, Nate Cermak, en la primera publicación del blog de la compañía.
En el poSi bien es algo que ya está haciendo Neuralink, la empresa de Elon Musk que ha conseguido incluso que un hombre diagnosticado con ELA edite un vídeo a través de sus transmisores, Starfish está lejos de la grandilocuencia de Musk. Más bien, llevan tiempo trabajando en silencio, avanzando hacia una tecnología que podría cambiarlo ya durante este mismo año.
La idea de Newell viene de lejos. En 2021, en una entrevista, Gabe Newell ya dejaba entrever sus aspiraciones futuristas a través de la neurotransmisión. Hablaba sin tapujos de modificar emociones humanas mediante interfaces cerebrales y de crear experiencias mentales “mejores que las posibles a través de los sentidos humanos”. En su momento, estas declaraciones sonaban a locura y a ciencia ficción utópica. Pero la irrupción de Starfish deja claro que la realidad siempre supera a la ficción.
Además de pedir inversores, la primera publicación del blog ha servido para anunciar el lanzamiento de sus prototipos en 2025 y para describir cómo serán. Según explican, el dispositivo estrella será un implante cerebral de tan solo 2x4mm, con 32 electrodos en su interior y un consumo energético de apenas 1.1, milivatios. Para que nos entendamos, es una cantidad de energía tan baja que ni siquiera necesita una batería para funcionar. La idea es que sea “mínimamente invasivo”, y funciona a través de transmisión inalámbrica de energía.

Gabe Newell,fundador de Steam, en 2019.
El simple diseño del neurotransmisor de Newell deja claro que estamos ante una revolución. Neuralink, su principal competidor, ocupa casi diez veces más espacio y requiere de una implantación quirúrgica mucho más invasiva. Pero la idea de Starfish Neuroscience da un paso más allá. No solo busca enfocarse en una región cerebral concreta, como hace el aparato de Musk, sino que está diseñado para conectarse con múltiples áreas, basándose en investigaciones que vinculan trastornos como el Parkinson con disfunciones entre redes neuronales.
De este modo, las aplicaciones médicas de Starfish podrían llegar muy temprano, e irían mucho más allá de lo que vemos con Neuralink. A pesar de que el transmisor de la compañía de Elon Musk es capaz de hacer jugar incluso a 'Counter-Strike 2' usando solo el pensamiento, aún está lejos de llegar a desarrollos cognitivos avanzados.
Si bien aún no sabemos cómo será exactamente el neurotransmisor de Gabe Newell ni las funcionalidades que aportará, teniendo en cuenta el perfil del magnate, nos podemos ir preparando para una gran revolución. Al igual que ya hizo con los videojuegos, llevando a los hogares de todo el mundo un portal integrador, ahora busca dar un paso mucho más grande en la sociedad adentrándose en los cerebros de la gente.