Norman Reedus y Melissa McBride llevan 15 años interpretando a Daryl Dixon y Carol Peletier gracias a The Walking Dead, la popular serie de zombies de AMC basada en los cómics de Robert Kirkman, Tony Moore y Charlie Adlard. Tras echar el cierre con la undécima temporada, los fans quedaron huérfanos de unos personajes a los que habían seguido durante más de una década y, quizá por ello, el milagro de un spin-off que funcione, tan poco habitual, se obró en torno al rol de Reedus.
Con motivo de la San Diego Comic-Con Málaga, los actores han presentado la tercera temporada de The Walking Dead: Daryl Dixon, que lleva emitiéndose en el mismo canal de la serie madre desde el 8 de septiembre. Y, debido a que el tándem Dixon-Peletier concluye su peligroso viaje europeo en España, Reedus y McBride han estado acompañados en rueda de prensa de una buena parte de un elenco con sello español.
Así, Eduardo Noriega, Óscar Jaenada, Hugo Arbués y Alexandra Masangkay han destacado, por un lado, la gran experiencia que ha supuesto para ellos formar parte del reparto de esta gran producción llegada del otro lado del charco; y por otro, no han dudado en destacar las virtudes y el compañerismo de los dos protagonistas.
En palabras de Jaenada: “Quiero reseñar el buen ambiente de trabajo que han creado Norman y Melissa. Es importantísimo que hayan querido desviar el foco de ellos. Es un acto muy inteligente y hace que los demás actores estemos más unidos entre nosotros y podamos dar con más confianza lo que tenemos dentro”.
El elenco completo de 'The Walking Dead: Daryl Dixon' en la Comic-Con de Málaga.
No obstante, la expectación, natural e inevitablemente, ha seguido fija en los intérpretes estadounidenses y, especialmente, en Reedus, todo un icono tanto por The Walking Dead como por su sufrido Sam Porter Bridges en los videojuegos de Death Stranding de Hideo Kojima. Neo, junto a otros medios, ha podido disfrutar de una mesa redonda tanto con él como con Melissa McBride en la que hemos podido profundizar un poco más en algunos aspectos de su trabajo.
¿Qué os mueve al pensar en el impacto que tiene este proyecto en el legado de The Walking Dead después de tantos años trabajando en ella?
Norman Reedus (NR): Soy muy afortunado de poder continuar en algo que es fresco y diferente, pero que sigue estando dentro del mismo universo. Estos dos personajes, por las relaciones que arrastran de la serie madre, son quienes son. Han sobrevivido tanto tiempo gracias a esa comunidad y a esos vínculos. Y ahora sencillamente le damos continuidad. Es maravilloso.
Soy muy afortunado de poder continuar en algo que es fresco y diferente, pero que sigue estando dentro del mismo universo
¿Cómo os afectó personalmente la experiencia de pasar por un paisaje tan diferente de la España de sol y playa que se vende en Estados Unidos? Porque nuestro interior es muy diferente a la costa. Lo llamamos popularmente “la España vaciada”.
NR: El episodio que alberga ese escenario es el cinco y se centra casi todo el tiempo en mí. Y sí, me influyó. Sentí que detrás había una historia muy interesante y, aunque todo está destruido, sigue siendo hermoso. En ese episodio no hay agua, estamos siendo machacados y todo se convierte en algo muy estilo Mad Max, un episodio heroico. Pero lo loco fue que la historia que queríamos contar era la de la falta de agua y, al mismo tiempo, estaba todo inundado, había agua por todas partes.
¿Cómo les afecta a vuestros personajes pasar por diferentes países?
Melissa McBride (MM): En la primera temporada Carol acaba en un lugar completamente nuevo y tiene que encontrar a su amigo, utilizar un idioma que no habla y explorar un entorno que desconoce. Creo que, cuando por fin se reencuentran, primero forman un buen equipo y además Carol confía más en sí misma para moverse en tierra extranjera. También empieza a echarlo de menos.
Melissa McBride, actriz, en la Comic-Con de Málaga.
Con tanto periplo, ¿podríamos considerar que The Walking Dead: Daryl Dixon es una nueva versión de la Odisea?
NR: Sí, se ha hablado de eso alguna vez. También podría ser una mezcla entre eso y Billy Jack, el hombre sin nombre. Y, claro, también tiene un poco de Don Quijote.
Norman, ¿tu metodología como actor cambia mucho cuando trabajas en un videojuego como Death Stranding? Lo pregunto porque Hideo Kojima es un desarrollador de videojuegos con alma de director de cine.
NR: Aparezco como en 20 videojuegos. Estoy también en Call of Duty, Fortnite y en todos los de The Walking Dead. Pero Death Stranding es diferente. Fue muy específico, complicado y elaborado. No era solo un shooter, había un significado detrás de todo. Es completamente distinto a actuar en una serie o película. Ahí coges un teléfono y finges que es un bebé llorando; en pantalla, a veces usas un bebé real. Son estilos completamente diferentes.
Tengo una relación especial con Norman que no tengo con nadie más en el mundo, y me imagino que es recíproco
O sea, rodar la cinemática de un videojuego es totalmente diferente a una película.
NR: No aprendí realmente cómo se hace un videojuego. Estaba fuera de mi elemento, sobre todo en el primero. No sabía lo que significaban los términos, no sabía usar el traje con todas las bolitas. Llevaba un casco, besaba a alguien y nos golpeábamos las cabezas… Fue muy distinto para mí.
La relación entre Daryl y Carol es muy icónica, ¿qué la hace tan única?
MM: Que tengo una relación especial con Norman que no tengo con nadie más en el mundo, y me imagino que es recíproco.
La muerte y la pérdida están presentes en todos los episodios, incluso en el final. ¿Cómo creéis que vuestros personajes encuentran un sentido o propósito en un mundo así?
NR: Igual que en la vida real: todos vamos a morir y se nos va a echar de menos. En este contexto, aún más. Te quitan todo lo material y personal… Tienes que decidir qué tipo de persona quieres ser. ¿Qué merece la pena defender? ¿De qué es más inteligente huir? Aprendemos el uno del otro y también de los demás. La vida, ¿sabes?


