La UE pagará cara la geopolítica de Trump

El Banco Central Europeo (BCE) pronostica que la guerra comercial de Donald Trump con la Unión Europea (UE) puede llevar la economía del continente a una situación de práctico estancamiento. Con esta estimación empeoran –y mucho– las previsiones que hace pocos días hizo la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

A esa situación de estancamiento habría que añadir el riesgo de más inflación que provocarán los mayores déficits públicos, que se generarán en la mayoría de países europeos para financiar el aumento del gasto militar que exige la nueva situación creada por Estados Unidos, que en este segundo mandato de Donald Trump parece querer desentenderse de la seguridad del continente. El mantenimiento de la ayuda a Ucrania y la constitución de una fuerza auténticamente disuasoria frente a Rusia puede resultar muy cara para la UE.

Lo más grave de la situación actual es que, a corto plazo, Europa no tiene otra alternativa política ni económica para revertir de entrada el golpe que ha provocado el giro de la política exterior de Estados Unidos y afrontar el expansionismo militar de la Rusia de Vladímir Putin. La idea que guió durante mucho tiempo a Europa, capitaneada por Alemania, según la cual el fomento de los vínculos comerciales con Moscú –gran suministrador de energía barata– fomentaría el desarrollo económico y la democratización de Rusia, afianzando así la paz en el continente, se reveló un espejismo. No faltaron señales –la guerra de Georgia en 2008, la anexión de Crimea en 2014–, pero Europa esperó a la invasión de Ucrania en 2022 para aceptarlo.

Así, hoy por hoy, la prioridad de la Unión Europea responde al viejo lema de si quieres la paz prepárate para la guerra. Y, en este sentido, el objetivo es redoblar las inversiones en defensa para relevar el papel de protector que hasta ahora ejercía Estados Unidos a través de la OTAN y que Donald Trump ha puesto en cuestión.

La guerra comercial y el mayor gasto militar pueden provocar un estancamiento económico

Los jefes de Estado y Gobierno de la UE, en este sentido, celebraron ayer una nueva cumbre del Consejo de Europa en Bruselas para impulsar el gasto en defensa, en un momento clave para Ucrania, con las conversaciones sobre un posible alto el fuego parcial en marcha, pero sin avances significativos hasta el momento. En su última reunión, hace dos semanas, ya dieron su visto bueno al plan de rearme de la Comisión Europea, que contempla la necesidad de inversiones por valor de 800.000 millones de euros, de los que 150.000 millones serán prestados a través de un nuevo instrumento europeo y los 650.000 restantes serían responsabilidad de los Estados, que verán relajadas las reglas fiscales europeas sobre el límite del déficit y el endeudamiento en lo que afecta a los gastos en defensa.

Sería importante que los Veintisiete avanzasen en el plan propuesto por el presidente español, Pedro Sánchez, en línea con lo que también proponen Francia e Italia, para mutualizar la financiación de este aumento del gasto militar y que, al igual que se hizo durante la pandemia, se estudie una emisión gigante de deuda conjunta, garantizada por la UE, para ofrecer subvenciones a los gobiernos. Pero para ello hay que vencer las reticencias de algunos países del norte, e incluso de Alemania, que temen el descontrol de la deuda pública.

Otro gran alivio para las economías europeas sería que la UE tuviera éxito en sus esfuerzos negociadores con Trump para evitar una escalada de la guerra comercial. En este sentido ayer la CE, como muestra de buena voluntad, pospuso hasta mediados de abril la aplicación de las primeras contramedidas en respuesta a los aranceles estadounidenses anunciados a las importaciones europeas de aluminio y acero.

Si se produjera la temida escalada de la guerra comercial el crecimiento europeo, frente al 1% previsto, se podría reducir, de entrada, en cinco décimas este año, y la inflación elevarse medio punto, hasta el 2,8%, según las estimaciones del BCE. Esta mayor inflación, insinuó ayer la presidenta de esta institución, Christine Lagarde, podría suponer una pausa en el proceso de bajada de tipos de interés del BCE, que ahora están en el 2,5%, lo que ahondaría el citado estancamiento económico.

Los líderes europeos debaten alternativas flexibles para financiar las inversiones en defensa

Entre la guerra de Ucrania, el refuerzo de la política de defensa europea frente a Rusia y la guerra comercial con Estados Unidos se define una coyuntura de gran incertidumbre en que la UE debe reaccionar con la máxima serenidad, unidad, solidaridad e inteligencia estratégica para minimizar los impactos negativos en su economía y en el conjunto de sus ciudadanos.

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