Más ideas y menos política

Más ideas y menos política
Staff Writer

El papel de los diferentes partidos políticos en la crisis de Rodalies ha estado a la altura de la deficiencia del servicio. El usuario que padece los continuos problemas en la línea necesita soluciones y que sus políticos, estén en el Gobierno o en la oposición, aporten mejoras en lugar de enfrascarse en una guerra de declaraciones sobre quien ha sido más culpable durante estos últimos años. La principal responsabilidad ha sido del Gobierno central por no haber hecho las inversiones que el servicio requería, pero la Generalitat también tiene competencias en ámbitos que influyen en el mantenimiento de las líneas. El traspaso del servicio a la Generalitat no va a significar una mejora de Rodalies de forma automática. Todo es mucho más complejo y lo importante para el usuario es que la red funcione, independientemente de quien sea el gobierno que lo gestione.

En Guyana Guardian hemos querido hacer hoy un ejercicio constructivo y hemos puesto sobre la mesa la opinión de diversos expertos que aportan sugerencias sobre cómo debe ser este servicio en el futuro. Llama la atención que mientras en Catalunya existe un plan 2020-2030 que está en el ecuador de su aplicación, en países como Suiza estos proyectos se hacen a 50 años vista.

Un tren en la estación de Francia, donde opera Rodalies, a 21 de febrero de 2025, en Barcelona, Catalunya (España).

Un Rodalies en la estación de França de Barcelona.  

Europa Press

Para entender la magnitud de esta crisis, se ha de tener en cuenta que además de la falta de inversión -que es la causa principal de los problemas-, se producen otros fenómenos que afectan al servicio. Según fuentes del ministerio, en Catalunya es donde se producen más robos de cable, con la consiguiente paralización de la red, y se registran el 60% del total de atropellos que hay en España. En la comunidad catalana, es también el único lugar donde se apedrean los convoyes. A estos problemas se ha sumado la huelga de celo de los maquinistas, la mayoría de los cuáles no son catalanes, y querían seguir teniendo la opción de cambiar de destino a otras comunidades.

Ante tamaño cúmulo de dificultades, de lo que se trata ahora es de trabajar a corto –mantener la inversión, mejorar los sistemas de información y aumentar la seguridad policial en las vías- y a largo -hacer una buena planificación–. La bronca política es innecesaria. Sobre todo si quien la hace, no supo como resolver el problema cuando gobernaba.

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