Trump, Le Pen y la señora Montero

Trump, Le Pen y la señora Montero
Divulgador económico

¡Cómo se ha puesto la señora Montero!

Ni presunción de inocencia ni nada. Yo la oí en directo.

Los jueces se han enfadado, sobre todo teniendo en cuenta que, entre los numerosos cargos de esta señora, no está el de ministra de Justicia, que lo tiene el pobre Bolaños, y que le puede decir: “María Jesús, no me revuelvas el gallinero”.

Me encuentro con otra noticia: la condena de Marine Le Pen, que la inhabilita para ser presidenta de Francia en el 2027.

Supongo que la señora Montero ya está preparando su intervención, porque no hay derecho a que a una señora la condenen por ser señora. Lo que pasa es que esta señora, además, es hija de su padre, Jean-Marie Le Pen, fundador del Reagrupamiento Nacional, partido de extrema derecha y muy bruto. La señora Le Pen también es un poco bruta -ella dice que es combativa-, pero es mujer, y, por tanto, digna de que nuestra Montero insulte a los jueces franceses y publique inmediatamente un artículo en Le Journal de Dimanche, periódico afín a las ideas de la señora Le Pen.

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Abdul Saboor / Reuters

No sé si la señora Montero respetará la presunción de inocencia transfronteriza, comparando la gravedad del caso Alves con la del caso Le Pen, pero estas cosas no son comparables y no hay ataques a la mujer grado 1 y ataques a la mujer grado 2.

Como es natural, ni Sánchez ni ninguno/a de sus ministros/as han dicho nada. Yo esperaba que Yolanda Díaz diría algo juicioso, pero no. Ha enseñado una camiseta que recomienda trabajar menos para vivir mejor. O sea, lo que en mi tierra, y en casi todas las tierras, se llamaría una auténtica sandez y cuando una está diciendo “simplezas, despropósitos, necedades”, no tiene tiempo para ocuparse de las presunciones de inocencia de las demás.

Trump está haciendo mucho daño; estudió en universidades de prestigio, pero algo falló en su educación

Como es natural, la señora Montero ha reaccionado a lo Sunzi, el general chino que, siglos antes de Cristo, dijo que “la mejor defensa es un buen ataque”. Pero dijo un buen ataque y no una chuminada.

La chuminada, perdón, la defensa ha consistido en decir que no acepta lecciones ni tergiversaciones del PP, lo que me parece muy bien porque ella es de otro partido, pero no tiene nada que ver con lo de los jueces y las mujeres.

Inmediatamente, Pedro Sánchez le ha echado un capote con otra vieja táctica, esta no de Sunzi, sino de Pepe-Hillo, en su Tauromaquia o arte de torear. Consiste en llevarse el toro, “distrayéndole”.

Para ello, ha demostrado su preocupación por el “ascensor social”, diciendo que hay centros de formación privados que son unos auténticos chiringuitos. La señora Montero es médica por una universidad pública, la de Sevilla, y tiene un diploma por EADA, que, cuando yo me dedicaba a estas cosas, era una entidad privada seria y estoy seguro de que lo sigue siendo.

Leí que la señora Sánchez ahora está en México. Si esta noticia no pertenece al grupo de las fake news, supongo que está descansando de los sinsabores que le ha producido el máster que montó en el Instituto de Empresa, una muy buena business school.

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Leopoldo Abadía
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Trump está haciendo mucho daño. Estudió en universidades de prestigio, pero algo falló en su educación. Sus padres debían de estar muy ocupados y descuidaron al hijo, que les salió un espécimen grosero e impresentable.

Y me da miedo que nuestros políticos y hombres públicos en general den importancia a la procedencia de las universidades, a los derechos de las mujeres o a Sunzi y Pepe-Hillo y se les olvide que cuando te encuentres con una señora ante una puerta, hay que dejarla pasar.

Aunque alguien piense que eres machista.

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