El experimento económico americano

El experimento económico americano
Profesor del IESE

No es f ácil hacer experimentos en economía. Si se hacen en un laboratorio, siempre queda la duda de si serán válidos en el mundo real. En una economía aún es más problemático probar políticas a ver si funcionan, dado que las repercusiones negativas pueden ser muy grandes. Estamos a punto, sin embargo, de ver el resultado de uno de los experimentos más arriesgados que se hayan hecho jamás: el cambio de política económica en EE.UU. hacia el proteccionismo con la imposición de aranceles y restricciones a la inmigración, y proyectos de control de los flujos de capital. Se trata de limitar el movimiento de mercancías, de gente y quizá de capital con el objetivo de equilibrar la balanza de pagos, hacer revivir el sector manufacturero en EE.UU. y aumentar la seguridad económica.

U.S. President Donald Trump is seen on a screen as currency traders work at the foreign exchange dealing room of the KEB Hana Bank headquarters in Seoul, South Korea, Thursday, April 3, 2025. (AP Photo/Ahn Young-joon)

 

Ahn Young-joon / Ap

El pasado miércoles fue el “día de la liberación” y “el día que la industria renace” con el anuncio de más aranceles para importaciones, 25% inmediatos para los vehículos (quizá no para Canadá y México), con un mínimo del 10% (incluso en una isla deshabitada). Además, para los distintos países, y en diferido, los aranceles serán modulados según el nivel de proteccionismo del país, medido de manera pedestre para la mitad de la ratio de su surplus comercial (en bienes, no servicios) con EE.UU. sobre sus exportaciones. El resultado es el 20% para la UE y el 34% (más del 50% en el acumulado) para China.

Se sobrepasarán así los niveles medios de aranceles de la Gran Depresión del siglo pasado. El objetivo estratégico, además de servir como herramienta negociadora, es sustituir las importaciones por la inversión directa en el país, y los ingresos de los impuestos (de la renta, por ejemplo) con los de los aranceles, un objetivo poco realista.

La gran pregunta es si funcionará el experimento. El presidente dijo que las medidas provocarán algunos daños temporales. De momento, las bolsas reaccionaron inmediatamente con fuertes bajadas, entre las que destacan las empresas tecnológicas. Ahora bien, la bolsa tiende a mirar a corto plazo, ¿puede ser que a más largo plazo la economía de EE.UU. salga ganando?

Hasta ahora en EE.UU. se favorecían los precios bajos; ahora, al productor nacional, aunque no sea competitivo

Los aranceles son como un impuesto que hace subir los precios interiores, reduce la demanda y hace bajar la productividad. Además, distorsionan enormemente las cadenas de producción integradas traspasando fronteras. Los dos factores llevarán a una moderación de la economía de EE.UU. e incrementan la probabilidad de recesión con inflación, la estanflación es posible. Las proyecciones de los diversos escenarios de la imposición efectiva de aranceles indican pérdida de actividad económica. La economía americana se basaba en que el consumidor era el rey y se favorecían precios bajos. Ahora se favorece el productor nacional, la industria manufacturera en particular, aunque no sean competitivos.

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Ushers replace an EU flag with a Ukrainian flag on the day of a European Union leaders special summit to discuss Ukraine and European defence, in Brussels, Belgium March 6, 2025. REUTERS/Stephanie Lecocq

Hay elementos para dudar del éxito del modelo de capitalismo nacionalista de Estado. El primero es que la inversión directa en EE.UU. solo aumentará si las empresas creen que los aranceles serán permanentes, algo por ver, dada la volatilidad de las decisiones tomadas hasta ahora. Y aunque aumente la inversión, no se creará mucho empleo, visto el uso masivo de robots.

El segundo es que la base de la prosperidad hoy no está en la manufactura sino en la tecnología digital, donde precisamente EE.UU. sobresale. El dinamismo diferencial con Europa viene precisamente por el hecho de que esta ha quedado atrapada en sectores de tecnología media de poco futuro como el vehículo de combustión, como la industria alemana. El sector innovador depende del talento que EE.UU. ha sido capaz de atraer de todo el mundo, ¿seguirá siendo así en el modelo proteccionista?

El tercer elemento es que una estrategia proteccionista y de subsidios en las empresas puede tener sentido por un tiempo limitado cuando se busca favorecer una industria naciente, como hizo China para aprovechar las economías de escala dinámicas de la curva de aprendizaje. Cuanto más se produce, más bajan los costes. Cuando la industria es competitiva, se abre al mundo. Es el caso de los paneles solares, las baterías y el vehículo eléctrico, ahora los más competitivos del mundo. No es el caso de la industria en EE.UU. Habrá que esperar para ver los resultados del experimento; si nos guiamos por la experiencia pasada, no pinta bien.

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