La opa es la del BBVA sobre el Banc Sabadell. El Cercle es el d’Economia, de Barcelona. Dicho esto, fijo mi posición sobre esta opa. Estoy en contra de ella porque la situación actual del mercado bancario español es de oligopolio y, por consiguiente, la opa lo agravaría por ser dañina para la competencia, al menos hasta que haya un mercado bancario europeo auténtico. Ahora bien, no comparto la razón principal expuesta por el Cercle para oponerse a ella en su reciente comunicado. Y como el posicionamiento de este prestigioso foro trasciende el caso que lo provoca, voy a referirme a él.

El comunicado del Cercle (20 de mayo) se inicia con “una defensa del interés general en Catalunya y en España”, y entra en materia proclamando que “el Cercle considera que el principal criterio de interés general diferente de la defensa de la libre competencia que puede verse afectado por la concentración (del Sabadell en el BBVA) es el equilibrio territorial”, un bien jurídico “consagrado en el artículo 138.1 de la Constitución”. Por esta razón “resulta esencial evitar que (…) los centros de decisión y la red de servicios asociados a los mismos queden localizados en exceso en una determinada ubicación”, puesto que ya se ha producido “una fuerte concentración de los centros de decisión en Madrid”, que, “unida a la presencia de la administración central del Estado y de los reguladores territoriales, conlleva la atracción a la metrópoli central” de directivos, servicios centralizados de las grandes entidades y de sus colaboradores externos. Por lo que denuncia que “la operación de concentración planteada supone acentuar el desequilibrio territorial a favor de la capital de España”, y defiende “el mantenimiento de Banc Sabadell como una entidad con personalidad jurídica propia”.
Como he anticipado, rechazo la opa, pero discrepo del argumento principal del Cercle por dos razones:
Rechazo la opa del BBVA sobre el Sabadell, pero discrepo del argumento del Cercle
Primera. Por una razón de justicia. Entiendo que la expresión geométrica de la justicia es la simetría, por lo que no se debe impedir que un banco madrileño presente una opa sobre uno catalán, habida cuenta de que –por ejemplo– la Fundación Bancaria La Caixa, entidad catalana domiciliada en Barcelona y muy bien valorada en el resto de España, es titular –a través de Criteria– del primer grupo industrial español (hasta 30.000 millones de euros) y el mayor accionista de CaixaBank, el primer banco minorista de España, que cobra el salario y la pensión de un gran número de españoles.
Y, por otra parte, Banc Sabadell ha absorbido a lo largo de su historia diversas entidades españolas: Banco Atlántico (2003), Banco Herrero (2006), Banco Guipuzcoano (2010), Banco CAM (2011), Banco Gallego (2013) y el negocio en España de Lloyds TSB (2013); todos los cuales son supuestos distintos a una opa, pero comparten con esta uno de sus efectos: la penetración en otras áreas del mercado español.
Segunda. Rechazo la distinción del Cercle entre el “interés general en Catalunya y en España” porque, si se distinguen, es que son distintos, lo que, de ser así, acarrearía que serían imposibles el sentido de pertenencia a una misma comunidad nacional por parte de los catalanes y el resto de los españoles, y, en consecuencia, una solidaridad primaria e inmediata entre ambos.
El comunicado del Cercle concuerda (no digo que deliberadamente) con la tendencia dominante hoy en Catalunya respecto a su relación con España. Una relación que se exige bilateral y singular, con cesión máxima de competencias por el Estado, de modo que se limite en todo lo posible la presencia de España en Catalunya, reduciendo el vínculo entre una y otra a una fórmula confederal, solo posible tras una mutación constitucional obra del TC.
¿Es una exageración desbocada? No creo. Y, ante el riesgo, es preferible que los españoles aceptemos el envite y asumamos que el problema no se puede conllevar indefinidamente sin quebranto grave del Estado y perjuicio irreversible de la nación. Antes o después, habrá que afrontarlo democráticamente. En las urnas.