Son muchos los telespectadores que ya han visto el documental El negre té nom , dirigido por Fèlix Colomer sobre la figura del llamado Negro de Banyoles. Colomer lo culmina con la investigación genealógica del africano que había sido expuesto en el Museu Darder y concluye que no era de Botsuana, donde está enterrado, sino un jefe tribal de Litaku, en Sudáfrica, llamado Molawa VIII. El viaje que comparte con los actuales jefes tribales, los tataranietos, es la guinda de un buen trabajo periodístico, pero hay elementos que llaman la atención por lo poco habituales que resultan en el panorama comunicativo actual.

De entrada, que acredite el trabajo realizado por los investigadores expertos que le precedieron, como es el caso de Miquel Molina, que recogió décadas de investigación sobre el asunto en Naturaleza muerta (Edhasa, 2020). El documental da voz a Molina para que aporte datos y sitúe el asunto en el plano ético, estableciendo el marco que ilustran las imágenes de archivo, pertinentes y contrastadas con las declaraciones de los protagonistas un cuarto de siglo después del momento más álgido del conflicto. Resulta destacable la participación de los hijos del médico Alphonse Arcelin, quien lideró la dignificación de los restos humanos que se exhibían con taparrabos. Pero otro pequeño detalle resalta por su naturalidad: la voz en off del director del documental.
Al final, Fèlix Colomer rompe la cuarta pared, pero antes su voz en off repregunta con acierto durante las entrevistas al exalcalde Joan Solana o a la conservadora del Museu Darder. Su voz serena subraya contradicciones y malas interpretaciones en terrenos tan subjetivos y resbaladizos como el racismo, como corresponde al ejercicio periodístico. Pero lo más loable es que evita hacer espectáculo de la crítica o de la refutación, y eso no le hace menos incisivo ni menos riguroso. Al contrario. Mantiene un tono de conversación abierta incluso cuando contradice de forma flagrante una afirmación de su entrevistado.
Su voz es la antítesis del griterío que puebla tantas tertulias y que invade tantas ruedas de prensa. ¡Más Colomers y menos Falconettis haciendo numeritos baratos de plató!