¿Más guerras, menos víctimas?

TRANSATLÁNTICO

¿Más guerras, menos víctimas?
Politólogo y economista

Podríamos decir, evocando a Bob Dylan: “Las guerras están cambiando”. Una primera demostración de las nuevas técnicas de guerra fue el asesinato de un alto general iraní, jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, mediante un dron de EE.UU. dirigido al aeropuerto internacional de Bagdad en el 2020. Los iraníes clamaron venganza, y la sirvieron fría. Al menos dos complots para asesinar a Donald Trump durante la pasada campaña electoral fueron identificados como orquestados desde Irán. Se alegó que agentes iraníes habían reclutado a asesinos de diferentes redes criminales, incluyendo a Pakistán y los cárteles de la droga mexicanos.

Una emergencia más reciente de nuevas técnicas de guerra fue el espectacular asesinato por Israel de tres docenas de altos líderes de la guerrilla Hizbulah, patrocinada por Irán, mediante beepers y walkie-talkies. En el ataque más reciente a Irán, Israel utilizó drones y misiles aéreos guiados y no tripulados para eliminar a más de una docena de jefes militares de seguridad y científicos nucleares, antes de que fuerzas aéreas no tripuladas de EE.UU. intentaran destruir las instalaciones nucleares iraníes.

Soldiers from the

  

FLORENT VERGNES / AFP

¿Estamos presenciando un nuevo tipo de guerra sin tropas terrestres combatiendo entre ellas? Este mismo escenario se produjo a principios de junio, cuando Ucrania lanzó más de cien drones desde camiones ubicados en toda Rusia para destruir bombas de largo alcance y aviones en varias bases aéreas. Rusia respondió con casi quinientos aparatos contra aeródromos, ciudades y fábricas. Estos drones, de los cuales ya existen varios millones, son, en comparación con las armas tradicionales, artefactos muy baratos y fáciles de fabricar; algunos son suficientemente pequeños como para ser transportados en coche; la mayoría son de un solo uso, por lo que se parecen más a municiones que a aeronaves.

La tecnología reciente puede generar más guerras regionales, menos muertes civiles y ganadores más inciertos

Hasta ahora, estas novedades son la culminación provisional de una serie de cambios relativamente recientes que han estado alterando algunas bases tradicionales de la guerra. En Estados Unidos, la primera superpotencia militar del mundo, el primer cambio significativo fue la abolición del reclutamiento obligatorio en la década de 1970, que fue reemplazado por un ejército profesional de voluntarios. Esto redujo el coste político de las protestas y deserciones de los reclutas, como las ocurridas durante la guerra de Vietnam. Un cambio más reciente ha sido la reorientación de las operaciones en el exterior, que se han alejado del transporte de tropas para centrarse en la venta masiva de armas. Este enfoque evita bajas americanas y podría beneficia a la industria militar, ya que la disminución de los costes de personal puede implicar una mayor participación del gasto en armas.

Sin embargo, las innovaciones tecnológicas antes mencionadas pueden tener aún mayores consecuencias. Los drones ligeros autónomos, fácilmente manejables por inteligencia artificial y capaces de atacar desde el aire a distancias relativamente grandes, pueden reducir la ventaja de los misiles tradicionales, pesados y costosos, desafiando la superioridad de las grandes potencias con altos presupuestos militares. En el complejo militar de Estados Unidos, el número de aviones y de cazas complejos y costosos está disminuyendo drásticamente.

Lee también

El gobierno mundial ya no es el que era

Josep M. Colomer
Horizontal

¿Cuánto puede cambiar todo esto algunas reglas de la guerra que estaban bien establecidas desde el surgimiento de los ejércitos permanentes en los modernos estados nacionales? El primer teórico moderno de la guerra, el general prusiano Carl von Clausewitz, identificó un “punto culminante” en el que la energía y la fuerza disminuyen a medida que un ataque u operación imperialista se extiende más en territorio enemigo; cuanto mayores son los costos de expansión, mayor es la disminución de su fuerza. La última gran victoria militar de Estados Unidos fue en 1991, en la guerra del Golfo, cuando logró formar una amplia coalición que incluía a la Unión Soviética; pareció que era el punto culminante. Luego, desde el 11-S del 2001, Estados Unidos sufrió una serie de derrotas militares, incluyendo en Irak, Afganistán, Libia y Siria. El gasto militar, que había superado el 9% del PIB en la década de 1980, se redujo a apenas el 3%. El número de tropas estadounidenses, que superó los 3,5 millones durante la guerra fría, se redujo a 2,1 millones de militares en servicio activo. Sin embargo, con las nuevas técnicas de guerra, ahora no está claro si Estados Unidos ha alcanzado realmente un punto culminante tan irreversible, ni cuándo­.

Los recientes cambios tecnológicos mencionados implican reducciones en los costos políticos y las bajas mortales de las guerras; en los últimos años, se han producido muchísimas menos muertes en las guerras entre estados que en las guerras civiles y los conflictos internos. Un posible pronóstico sería más guerras regionales y locales, menor participación de grandes alianzas militares, como las formadas para las guerras mundiales o la guerra del Golfo, incluyendo una OTAN posiblemente menos operativa; menos muertes de civiles y más asesinatos de líderes políticos, jefes militares y técnicos expertos en armas; más destrucción; y ganadores más inciertos. Lo que hemos visto hasta ahora puede ser solo la punta del iceberg; como declaró el jefe de Inteligencia de Ucrania, las nuevas armas son “capaces de soluciones no convencionales que cambian la historia de la guerra”.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...