El preludio de una bella enemistad

FUTUROS IMPERFECTOS

El preludio de una bella enemistad
Consejero editorial

Es posible que Donald Trump no tenga amigos, sino intereses. O que posea un sentido de la amistad decididamente utilitarista. Para él, un amigo sería lo más parecido a un kleenex: son personas de usar y tirar. Sorprende que los dos multimillonarios que más le ayudaron a volver a la Casa Blanca, como Elon Musk y Rupert Murdoch, se hayan convertido de un día para otro en enemigos. Musk dedicó muchas horas y 250 millones de dólares para conseguir este objetivo, e incluso emprendió los brutales recortes en la Administración del país. Murdoch puso su imperio mediático a su servicio, hasta el punto de que pagó mil millones de dólares para no ir a juicio por las mentiras en la Fox sobre el inexistente fraude electoral del 2020, que sostenía Trump.

FILE - President Donald Trump, right, speaks during a news conference with Elon Musk in the Oval Office of the White House, in Washington, May 30, 2025,. (AP Photo/Evan Vucci, File)

  

Evan Vucci / AP

Hoy Musk ha roto toda colaboración con el presidente de Estados Unidos y ha decidido crear su propio partido, America Party, con el que pretende “liberar a los americanos del sistema bipartidista” y “devolver la libertad a los estadounidenses”. Murdoch no ha llegado a tanto, pero se ha distanciado de Trump, que le pide 10.000 millones por haber publicado en The Wall Street Journal una carta obscena que envió a Jeffrey Epstein (acusado de traficar sexualmente con menores) en el 2003, con motivo de su 50 aniversario.

Trump ha cortado amarras con Musk y Murdoch, que son quienes más le apoyaron

El presidente supo que el diario tenía la misiva e intentó sin éxito que no se publicara, pero Murdoch hizo oídos sordos. Así que en poco tiempo hemos pasado de “Trump mataría por Rupert” (relatado por uno de sus colaboradores) a “acabaré con él”, que habría exclamado al abrir las páginas del rotativo.

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Resulta chocante que dos multimillonarios que fueron artífices de su victoria se distancien del presidente. Ello no es ajeno a su política de aranceles, que en círculos financieros se considera que es una guerra comercial estúpida, que comportará más inflación y deuda. Al dinero no le gusta la inestabilidad y Trump se contradice a sí mismo y a los mercados. Rogert Ailes, que fue director de Fox News, confesó en una ocasión: “Golpeas a Donald Trump en la cabeza y sigue adelante, ni siquiera se da cuenta de que lo han golpeado”. El problema es que el país empieza a dolerse del golpe.

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