Al ligón de playa le llega su agosto

Andares del que se gusta, músculos endurecidos en gimnasios que parecen cavernas, bañador marcapaca y gafas de sol negras. Speak english a little . Los únicos que hacen su agosto en agosto: ¡el ligón de playa nunca muere!

Yo ya entiendo que a estas alturas del siglo XXI no deberíamos prestar atención al ligón de playa –no confundir con el patrón de yate–, terror de las mujeres y ejemplo andante del fracaso del sistema educativo y reeducativo en vigor. Pero ahí siguen, indiferentes a los murales de Sijena, al curso político y a la lista Epstein.

A man wears a t-shirt reading

 

Eva Manez/Reuters

El ligón de playa es un ser optimista –cosa de agradecer–, que da espectáculo en la arena y gallea lo que no está escrito, aunque, como el gallo de Morón, anda de pasta más tieso que la mojama. A diferencia de los carlistas que, confesados y comulgados, bajaban de las montañas y atacaban al hombre, los ligones de playa atacan a las mujeres a fuerza de marcar físico y reservarse la inteligencia.

Salvo cuando chutan desviado o socializan la música, tienen su gracia porque animan la rutina playera con incursiones al tiempo que abren diálogos de futuro entre las parejas de una cierta edad.

–Artemio, en septiembre te apunto a un gimnasio...

Todo el mundo tiene su público y el ligón de playa, como su nombre sugiere, lo busca a pecho depilado entre las bañistas a plena luz del día, ejercicio de transparencia que le honra y distingue del buitre nocturno, más marrullero.

Hombre optimista –cosa de agradecer–, gallea y da espectáculo frente a la mar

El físico importa y mucho, de ahí que no todo el mundo pueda ser ligón de playa. Por poner un ejemplo, cabe imaginar a Koldo, Ábalos y Cerdán en bañador –incluso en tanga–, tirando penaltis en la orilla para captar la atención de unas luxemburguesas, antes de rebozarse de arena –hacer la croqueta–, salpicarse en el agua o levantar un pilar de tres sin folre .

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–¡Las tenemos en el bote!

Es decir: no cualquier hombre tiene la preparación universitaria, la capacidad cognitiva y el encaje para ser un ligón de playa.

¿Dan pena? Y envidia cuando, contra pronóstico, alquilan un patín de pedales y ponen rumbo a la mar salada mientras su brazo rodea el hombro de la chica.

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