¿Tú qué haces cuando estás en la mesa? ¿Comes por intuición? ¿O llevas todo el rato las gafas de la presbicia puestas? Pregunta entre amigas boomers. Uno de los dilemas de nuestra edad. Profundísimo, como pueden ver.
La edad en la que ya nos estamos acercando a la fase sénior de nuestras vidas y debemos hacer frente a dilemas como ¿a qué me dedico, a buscar la belleza interior o la exterior?. ¿Empiezo la vía de la cirugía estética? ¿O me adentro en el relato de las personas maduras, serenas y sabias?

El camino de la belleza exterior pasa por los centros de estética, dermatólogos, cirujanos, ejercicio acorde con la edad, dietas hipersaludables y muy medidas, suplementos para tener una piel más tersa y más limpia (y ya de paso para mejorar las articulaciones, la microbiota y todo lo que nos vendan por Instagram, donde muchos han encontrado un gran filón en la gente de nuestra quinta).
En el camino de la belleza interior, en cambio, no puede faltar la meditación. Imprescindible. Hay que tener cuidado de no caer en ningún tipo de secta, pero se ve que si lo consigues va muy bien. También el yoga, las caminatas, las canas, alguna actividad cultural o mínimamente social y la aceptación de que quizás ya no atraes físicamente. Con todo el buen humor posible.
'Autocontrol' es la palabra que parece definir a los séniors de ahora
¿Tiene cabida el sarcasmo? No lo sé. El otro día hice una prueba. Conté a algunos amigos y conocidos que no estaba segura de quién me había acompañado a casa, después de una fiesta. Todos dieron por sentado que alguien me acompañó para que una mujer como yo no anduviera sola por la ciudad de noche. Años atrás habrían pensado otra cosa.
El caso es que tanto un camino como el otro, el de la belleza interior y el de la exterior, son caminos que necesitan disciplina y constancia. Intentar abordar ambos caminos a la vez es un trabajo titánico.
Autocontrol es la palabra que parece definir a los séniors de ahora. Unas décadas atrás, las personas con edad de ser abuelos entraban en la fase de ser las más espontáneas de la casa. A quienes ya les daba bastante igual lo que pensaran los demás. Eso se acabó. Ahora se trata de ser perfectos. De una forma u otra, pero perfectos. Personas guapas, sanas, serenas, activas, cariñosas, sabias, siempre con ganas de hacer cosas, políticamente correctas, emocionalmente responsables y con una sexualidad diferente, pero activa.
¿Así tenemos que pasar los años extras que nos está regalando la evolución de nuestra especie? Hay quien ha hecho del autocontrol una norma toda su vida. Pero el resto, ¿no podemos vivirlos tal como somos? ¿Imperfectos?