Hay un hombre en París que reparte diarios de forma ambulante. Se trata de Ali Akbar, de 73 años, un inmigrante paquistaní que llegó a la ciudad a principios de los setenta para dedicarse a la hostelería, y que se ha convertido en el último voceador de periódicos de la capital francesa.
Tras 53 años en un oficio que se extingue, los vecinos de Saint-Germain-des-Prés ya lo consideran un elemento más del paisaje urbano. Explica que vende unos 60 ejemplares al día, “más por efecto personal que por las noticias”, y que lo mejor de la profesión es el trato humano que recibe. Akbar empezó la jornada de ayer con un cliente notable: fue el ex primer ministro francés, Michel Barnier, a quien le vendió el primer ejemplar.
No es el primer comprador destacado al que despacha: el presidente Emmanuel Macron era un cliente habitual en su época de estudiante. El último voceador de periódicos de París será condecorado este septiembre con la Orden Nacional del Mérito. En el Elíseo, por el propio Macron.