La muerte de un streamer francés, Jean Pormanove, en directo por la plataforma digital Kick, ha hecho saltar a los medios tradicionales una tendencia de la que rara vez se habla. La de personas que aceptan realizar ante una cámara y en directo los actos humillantes que les piden sus espectadores, a cambio de dinero. A cambio de lo que, en la jerga de estas plataformas, se llaman “propinas”.

En el caso de Pormanove, parece que su negocio consistía en dejarse pegar y humillar por colegas, siguiendo las peticiones que llegaban online: abofetearlo, tirarle pintura, insultarlo, estrangularlo y lo que se les pudiera ocurrir en cada momento. Se conocen otros casos de streamers que se dedican a consumir sustancias tóxicas (orina, drogas, comida en mal estado), recibir ataques violentos o lesionarse.
Quien se somete voluntariamente a humillaciones a cambio de dinero y quieres lo miran e incentivan no son los únicos protagonistas
Según informaron los medios, cuando Pormanove murió, llevaba doce días retransmitiendo en directo. Y cuando se descubrió que ya estaba muerto (no se han aclarado las causas) había diez mil personas mirándole.
De este caso, sorprende y preocupa que alguien se someta voluntariamente a estas humillaciones a cambio de dinero. Y repugna que haya personas que se dediquen a pasar el tiempo mirándolo e incentivándolo con propinas. Pero no deberíamos quedarnos aquí. Ellos no son los únicos protagonistas.
Décimo Juvenal, un poeta satírico que vivió en Roma entre los siglos I y II después de Cristo, aparece en los libros de historia política por su frase “pan y circo”, con la que criticaba la forma de funcionar de los regímenes totalitarios de la época.
Según Juvenal, para tener al pueblo tranquilo y sin tentaciones de pensar en sus problemas, la fórmula de los gobernantes era darles “pan”, es decir, comida barata, y “circo”, es decir, espectáculo. Varios observadores de la política, incluso la actual, han criticado a los gobiernos con esta misma expresión, cuando han creído que su estrategia es dar a la ciudadanía pequeñas limosnas, en forma de subvenciones y ayudas, y altas dosis de espectáculo, ya sea en forma de bronca política, fútbol u otros tipos de entretenimiento.
En estos momentos, en que las grandes tecnológicas son ya un gran poder, y desde Estados Unidos nos está llegando la ola ultraliberal contra cualquier tipo de regulación en los entornos digitales, debería preocuparnos que algunas plataformas se apunten a la fórmula “pan y circo”. Pan, en forma de propinas, para los más vulnerables. Circo, para espectadores crueles. Negocio para los que no tienen escrúpulos ni valores. Y el mensaje de que, en nombre de la libertad, todo vale.