El ataque de 19 drones rusos sobre el cielo de Polonia puede quedar enseguida sepultado por el aluvión de informaciones trascendentes que se suceden, una detrás de otra, en la esfera internacional. Pero no estamos ante una anécdota o un error casual. Vladímir Putin tiene una estrategia clara de recuperación de la zona de influencia que tuvo Rusia en su día y para ello utiliza todos los recursos que tiene a su alcance para ver hasta qué punto Europa está dispuesta a plantarle cara o le deja hacer. Cuando quiere, recurre a la intervención bélica directa, como ha hecho en Ucrania, y en otras circunstancias juega con la opción de guerra híbrida mediante toda clase de sabotajes contra intereses europeos. La presunta interferencia de hackers rusos en el GPS del avión que viajaba la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, es el ejemplo más llamativo, pero bajo el radar existe la injerencia electoral mediante campañas en las redes sociales. Los países del flanco este de la OTAN son los que más sufren estos ataques.

Soldados polacos retiran los restos de uno de los drones rusos
En Polonia tienen muy claro que Rusia supone una amenaza
real de conflicto bélico. La sociedad polaca está concienciada ante una posible guerra y, tras el ataque comentado de los drones, la reacción inmediata del Gobierno de Varsovia fue apelar al artículo 4 de la Alianza Atlántica, antesala de una intervención militar de los socios de la OTAN. En España, a tantos kilómetros de distancia de Rusia, no existe esta sensación de riesgo bélico, pero la realidad es que Europa nunca ha estado tan cerca de entrar en guerra con Rusia desde el final de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, la OTAN envió varios aviones en la madrugada del pasado miércoles a Polonia para derribar los drones rusos.
La propia Von der Leyen, en su discurso del miércoles sobre
el estado de la Unión, afirmó de forma clara que “Europa está en lucha” con Rusia y dejó una pregunta en el aire: “¿Tiene Europa estómago para esta lucha?”, en referencia a saber si los ciudadanos europeos estarían en condiciones de entrar en una guerra directa con Rusia. Pocos creían en su día que Putin acabaría invadiendo Ucrania. Y lo hizo. El flanco este de la OTAN puede ser su siguiente objetivo.