Cómo conseguir la unión política de la UE

INQUIETUDES Y ESPERANZAS

No son buenos tiempos para la UE. Y justo cuando es más necesaria que nunca para los propios europeos. Y a nivel mundial es de los pocos referentes del modelo social que ha dado y está dando mayor prosperidad económica y mayor dignidad a los propios conciudadanos. Por eso es clave encontrar cómo relanzarla ante una realidad llena de dificultades.

Con dos guerras en las puertas de Europa. Con EE.UU., el aliado protector durante ocho décadas, anunciando su desapego de la OTAN, obligando a repensarlo todo. En este escenario, que pide a gritos más unión y consenso (que es la fuente de solidez y potencia), revive en muchos países de la Unión el soberanismo euroescéptico, que está ganando gobiernos y votos (20% de los votantes alemanes, la mayoría de los votantes franceses y el crecimiento impetuoso de sus partidarios en España). Después de la dramática salida del Reino Unido, ¿cómo no calificar esta dinámica amenazadora de grave emergencia? La Unión está en serio riesgo. Precisa un nuevo relanzamiento.

STRASBOURG (France), 10/09/2025.- European Commission President Ursula von der Leyen delivers a statement during a 'State of the Union' debate at the European Parliament in Strasbourg, France, 10 September 2025. The current plenary session runs from 08 until 11 September 2025. (Francia, Estrasburgo) EFE/EPA/RONALD WITTEK

La presidenta de la CE en el reciente debate del estado de la Unión 

RONALD WITTEK / EFE

Tras alcanzar éxitos sobresalientes, como el Mercado Común y la moneda única, entre otros muchos, la vía de la cooperación económica como medio de impulsión de la unión política ha perdido fuerza. La gran cantidad de obstáculos a la innovación y al crecimiento (descritos con precisión en los informes Letta y Draghi) se debe en gran medida a divergencias de intereses nacionales que prevalecen sobre las exigencias de la cooperación política. No son cuestiones de orden técnico-económicas. Es el caso de sectores como la energía, las comunicaciones y las finanzas.

Por este motivo, la Unión requiere con extrema urgencia crear nuevos y más potentes “motores de consenso” entre los países miembros y dentro de esos países. Entre estados, para hacer posibles los cambios institucionales en la gobernación de la Unión que exigen los nuevos escenarios geopolíticos; dentro de los países, para cerrar las brechas que separan a los euroescépticos de los europeístas de todo signo. El motor de consenso a partir del tratado de Roma (1957) ha sido la cooperación económica en un mercado crecientemente unificado.

Una política de defensa común debe estar definida por una política exterior compartida y coherente

En el actual escenario geopolítico, parece haber muchas y sólidas razones para atribuir al diseño conjunto de las políticas comunes de seguridad, defensa y exteriores la posibilidad de convertirse en el nuevo “motor de consenso”, es decir, en el elemento de unificación de intereses, percepciones y objetivos que nutren la convergencia y el consenso político.

Todos somos conscientes de la debilidad relativa de Europa ante las grandes superpotencias (China y EE.UU.), incluso ante una economía muy menor como Rusia. Diseñar una seguridad y una defensa comunes nos puede ayudar a todos, pues todos los europeos la precisamos. Y esa necesidad imperiosa requiere e impulsa hacia consensos para múltiples actividades que se coordinan y complementan, como es la propia política exterior, el desarrollo de políticas defensivas no agresivas, el desarrollo de tecnologías de doble uso o la simple compra coordinada de material militar.

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Treva i Pau
FILE PHOTO: A banner depicting an European Union flag is reflected in a window outside the EU Council headquarters in Brussels, Belgium March 18, 2025. REUTERS/Yves Herman//File Photo

La defensa común depende más de cómo se gasta que de cuánto se gasta. Dice Javier Solana en sus memorias, y como ex secretario general de la OTAN debe constarle, que el gasto en defensa de los europeos, de aproximadamente 200.000 millones de euros, más que el de Rusia, India y Reino Unido juntos, es ineficiente y desarticulado y no se dispone de mecanismos para evitar duplicidades. Señala que hay que gastar mejor y de manera conjunta.

Seguramente cuesta imaginar el ingente esfuerzo de cooperación, coordinación y consenso que desarrollar entre las autoridades militares de los 27 miembros de la Unión, junto con la OTAN, para lograrlo. Pero este crucial asunto solo depende del acuerdo entre los gobiernos. No es cuestión de secuestrar el debate de la realidad social, pero es cierto que los problemas de defensa y seguridad pueden ser objeto de pactos de Estado que eviten confrontaciones cainitas en las diferentes opiniones públicas­.

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People take part in a national demonstration named #{emoji}147; #StopRearmEU #{emoji}148; against rearmament and promoted by over 300 networks, social organisations, trade unions, national and local politics that adhere to the European campaign #{emoji}147;Stop Rearm Europe#{emoji}148;, which counts among its members about a thousand acronyms in 18 countries, in Rome on June 21, 2025. (Photo by Andreas SOLARO / AFP)

Y esto nos lleva a una dificultad central y de ámbito constitucional: la UE requiere hoy de una política exterior común amparada por el voto mayoritario de sus miembros. Sin el requisito de unanimidad hoy imperante. Una política de seguridad y defensa común debe estar encuadrada y definida por una política exterior compartida y coherente. No por varias en competencia. Quienes no acepten este cambio fundamental podrían quedar en un segundo grupo de velocidad de integración. Pero la estimamos imprescindible, antes de que el creciente euroescepticismo haga no difícil, sino imposible, que se avance en el sentido apuntado: va en ello el futuro de la Unión y el modelo social y humano que defiende.

Pol Morillas sostiene en su reciente análisis sobre Europa que el principal escollo para el avance de su integración es que los intereses de los estados miembros siguen siendo discordantes. La política de seguridad y defensa posiblemente sea la manera de superar el actual estancamiento al potenciar acuerdos en otros ámbitos, como lo hicieron durante décadas los avances en el ámbito económico. Y que el relanzamiento de la Unión sea una realidad… especialmente de su modelo social y humano.

TREVA I PAU, formado por Jordi Alberich, Eugeni Bregolat, Eugeni Gay, Jaume Lanaspa, Carles Losada, Josep Lluís Oller, Alfredo Pastor, Xavier Pomés y Víctor Pou

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