La sensación es que en el nacionalismo catalán empieza a haber movimientos de sus placas tectónicas para que Junts se mueva. Carles Puigdemont tiene atado en corto al partido y nadie se atreve a discutir su liderazgo, pero lo cierto es que las encuestas no le son favorables. En la última publicada por este diario, aparecían como tercera fuerza en Catalunya, pero con una caída de ocho puntos, casualmente los mismos que crecía Aliança Catalana. Sin embargo, el dato más significativo es que Puigdemont aparecía como el político catalán que más desaprobaban los encuestados, con un 70% de rechazo.
No es casualidad que en este contexto hayan empezado a oírse las voces de los alcaldes del partido, que son la red de poder más potente que aún conserva Junts. El secretario general de la formación, Jordi Turull, se reunió con una delegación de ellos para escuchar sus preocupaciones. Alcaldes tan relevantes como los de Calella, Vic, Olot, Cabrera o Vidreres pidieron un retorno al pragmatismo y al sentido común. En definitiva, volver a las fuentes convergentes. Decía Antoni Gaudí que la originalidad consiste en regresar a los orígenes y que lo original es aquello que vuelve a la simplicidad de las primeras soluciones. Hace un siglo, él lo proclamaba para la arquitectura, ahora los alcaldes lo reivindican para la política. ¿Qué es el pragmatismo? Centrarse en los problemas que inciden directamente en la gente, como la inseguridad, la multirreincidencia, las ocupaciones, la demografía, la inmigración o las infraestructuras.
En la última encuesta de este diario, el 70% desaprobaba la labor de Carles Puigdemont
El politólogo Toni Aira escribía ayer que Junts debería atreverse a negociar los presupuestos, no para regalar las cuentas, sino para demostrar que sin pactos no hay paraíso. Ello obligaría a los socialistas a moverse. Y reescribiría la centralidad en Catalunya.
No se trata de que los posconvergentes renuncien a nada, ni cuestionen a su líder. Pero es indudable que su brújula no va y hay que volver a imantarla. A los líderes de Junts se les ha puesto cara de enfadados, como si hubieran perdido la empatía en el camino. Nelson Mandela escribió que no hay nada como volver al lugar que no ha cambiado para darte cuenta de cuánto has cambiado tú.
