Y después de Gaza, ¿la vivienda y los salarios?

EL PATIO DIGITAL

Ya se sabe que todo es una cuestión de percepción, póngase como ejemplo la manifestación que el miércoles por la tarde puso el broche de oro a la jornada de lucha, paro y crujir de dientes y contenedores por Palestina: 15.000 manifestantes según la Guàrdia Urbana de Barcelona, más de 50.000 según los organizadores, y “dos millones de personas según el CIS de Tezanos” (@Beni019670). 

Las redes han tirado de ironía a la hora de calificar/cuantificar una huelga con su consiguiente manifestación convocada antes de la firma del acuerdo de paz entre Israel y Palestina, sin que nadie tuviera el buen sentido de preguntarse después si había que mantenerla. Y que tuvo el resultado, que no éxito, que tuvo: una se atreve a decir que se perdieron unas cuantas simpatías, la causa, pero también sindicatos y demás coadjutores. 

Como sucedió con la Flotilla, a la que sus promotores no habían enviado a luchar contra los elementos en forma de averías, tormentas e israelíes con mala baba, además del hecho geográfico de que por medio se encontraran Menorca o las gratas islas griegas, decimos que la jornada de huelga también coincidió con otro elemento, el anuncio de la subida de las cuotas de los autónomos. A muchos no les hizo gracia.

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Una manifestante en Murcia 

Efe

“Toca una huelga general por una España sin chistorras, por una buena enseñanza, por una sanidad eficiente y por unos autónomos que puedan abrir sus negocios sin ser desvalijados...” (@JuanCar49040757). Lo hemos editado porque el tuitero está muy pero que muy enfadado. 

“Los autónomos tienen que organizarse e ir a la lucha, nada de dejar de pagar un mes, nada de un día de huelga. Se sale a la calle y no se vuelve a entrar hasta que no tengamos que pagar por trabajar” (@SonjasR3D). Efectivamente, a muchos no les ha hecho gracia.

Muy enfadados también los que llegaron tarde a trabajar o no llegaron y acabaron de los nervios en una jornada cuyo seguimiento fue mínimo -el 1,83 por ciento de la plantilla de Educació, por ejemplo- a pesar de contar entre otros parabienes con los de CC.OO., UGT, CGT, CUP, Comuns, ERC y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, quien luce la kufiya con la misma prestancia que su antecesora Ada Colau, pero en tierra firme.

“Un tío con un trabajo precario y mileurista malviviendo de alquiler. Una 'estudiante' de 35 años que vive con sus padres esperando heredar, pero la huelga por Oriente Medio”

La (falta de) asistencia de la que iba a ser una huelga general tuvo una víctima colateral en el ministro de Transportes, Óscar Puente, quien hace unos días metió la pata al publicar un tuit sobre los problemas del metro de Madrid con una foto del de París, eso sí, abarrotao. Convertido en meme, triunfa una fotografía de una manifestación en Londres, abarrotada también, el Big Ben de fondo y la siguiente leyenda: “Foto de Óscar Puente retuiteando el éxito en Madrid de la huelga general propalestina” (@Ceslombroso).

Es que las redes tienen mucho peligro incluso para quien las utiliza, no sólo para quienes las sufrimos. La propia Greta Thunberg metió la zarpa, o ella o los community managers, cuando recientemente publicó un post sobre las condiciones “inhumanas” que según la activista sufren los prisioneros palestinos, sólo que de las tres fotos que lo ilustraban una correspondía  al rehén israelí Evyatar David, al que Hamas obligó a cavar su propia tumba. Nadie de la Global Sumud se dio cuenta hasta que la hermana del rehén montó en cólera. Lo dicho, antes de publicar, chequear dos veces.

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El meollo del asunto: “Un tío con un trabajo precario y mileurista malviviendo de alquiler. Una 'estudiante' de 35 años que vive con sus padres esperando heredar y un magma de futuros parados sin proyecto vital alguno, de fondo. Pues bien, la huelga por no se sabe qué cosa de Medio Oriente.” (@PhilAMellows).

Dos cuestiones se juntan aquí, la oportunidad, o no, de convocar una huelga general cuando las partes implicadas, Israel y Palestina ya están negociando, y la oportunidad, o no, de convocar la primera huelga en diez años por una cuestión ajena a las condiciones de vida de los trabajadores, salarios, vivienda y demás dolorosos etcéteras que se supone son la razón de ser de los sindicatos. O lo han sido hasta ahora.

“Cobras 1200 pavos, vives en una habitación, llevas un Dacia Sandero de 2009, ya veremos si el sistema de pensiones no se va a tomar por culo, la cita en el centro de salud para dos semanas, los trenes a reventar para ir a currar... Y te vas a poner en huelga por Palestina...” (@noaylucky). 

Todo esto es en la antigua Twitter. Si se van a Bluesky encontrarán la versión Tezanos, calles abarrotadas de manifestantes, pero con pocas fotos, se ve que han aprendido la lección de Óscar Puente, y muchos carteles.

Volvemos a X: “Repetid conmigo: hacer una huelga general por Palestina no os impide hacer lo mismo por vuestro sueldo, por la vivienda, la educación o la sanidad pública” (@Carrington_BIO). Habrá que preguntarle a los sindicatos, CUP, Comuns, ERC. Incluso a Collboni.

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