Franco en exceso

El patio digital

Franco en exceso
Staff Writer

Es difícil concluir qué narices significa que el apellido de un dictador sea la palabra más escrita durante varios días en las redes sociales, pero así, a primera vista, no parece algo como para alegrarse. Como mínimo, queda feo. Los cincuenta años del “hecho biológico” debían recordarse, nadie lo pone en duda, pero también se impone cierta reflexión sobre la sobreexposición que ha tenido la figura de Franco en esta última semana. Especialmente en un ámbito, el del patio digital, en el que no existen los necesarios filtros para interpretar los hechos y cabe cualquier cosa, desde la frivolización banal a la exaltación más descarada.

Para no alarmar más de la cuenta, pongamos algunos peros. Que Franco sea TT no es nuevo; desgraciadamente cada año, por estas fechas, resurge de entre los muertos para colocarse en el pódium de las conversaciones en línea, porque el 20N es una fecha señalada en el calendario de los internautas, porque el asunto de la memoria histórica, ya lo sabemos, está resuelto de aquella manera en España. Se habla mucho de Franco desde hace años, quizás porque Franco, o sus ecos, no se han ido nunca del todo. Por lo tanto, la efeméride redonda de este 2025 solo ha servido para multiplicar exponencialmente el volumen de tuits, pero no resulta algo extraordinario. 

(FILES) Demonstrators wave flags behind a banner depicting Spanish dictator Francisco Franco, as they take part in an annual gathering held to mark the 46th anniversary of the dictator's death, in Madrid on November 21, 2021. Spanish Prime Minister Pedro Sanchez on October 31, 2025 said his leftist government would accelerate steps to try and dissolve the Francisco Franco Foundation, in a speech a few weeks before the 50th anniversary of the dictator's death. The far-right organisation was created in 1976 to honour the memory of the fascist-backed general who overthrew a democratic republic in a brutal 1936-1939 civil war and ruled with an iron fist until his death in 1975. (Photo by PIERRE-PHILIPPE MARCOU / AFP)

Manifestación de exaltación al dictador Francisco Franco 

PIERRE-PHILIPPE MARCOU / AFP

Además, hay que decirlo: salvo algoritmo sesgado —y con Musk nunca se sabe: a veces a Grok le da por negarte el Holocausto tan ricamente—, una mayoría de los comentarios sobre el dictador han sido claramente negativos, lo que incluye insultos, vejaciones y burlas crueles. Y es que solo faltaría que los exaltadores se hubieran comido todo el espacio virtual, como a veces consiguen. En este caso, se han limitado a retroalimentarse de forma más endogámica y/o reaccionar a un alud de antifranquismo diáfano y meridiano.

Así pues, han proliferado viñetas alusivas; también muchos datos de asesinados, desaparecidos, exiliados o bebés robados durante el régimen; numerosos montajes con la cara de Franco más o menos graciosos; recordatorios de otras efemérides “que no te dirán los medios” como el asesinato del anarcosindicalista Durruti en el 36; críticas por la propia conmemoración, y algunos hilos divulgativos para demostrar que “con Franco no se vivía mejor”, en un intento de contrarrestar esas encuestas que indican que un número nada desdeñable de jóvenes no ven con malos ojos una dictadura. Este ha sido el tono general: mucha mofa y mucha rabia, pero también miedo a que algunos reescriban la historia y blanqueen al dictador.

Que el apellido de un dictador sea la palabra más escrita durante varios días en las redes, no parece algo como para alegrarse

Y más contexto. El actual estado de cosas también ha propiciado este vendaval francófono (2. Adj. Dícese del que habla mucho de Franco). La condena al fiscal general, pero también la protesta de Femen en una misa en honor al autócrata del Ferrol pusieron más leña al fuego e inundaron la tuitesfera hispánica de más y más menciones al asunto. Así, tanto el fallo del Supremo como la actitud del individuo que agredió sexualmente a las dos activistas han hecho concluir a muchos que “Franco murió en 1975. El franquismo, no”, como dejaba escrito la periodista Elisenda Roca (@elisendastone). 

En total, más de cien mil tuits el día de marras y decenas de miles en los días anteriores y posteriores. Franco en la boca de todos. Son cifras similares a las de Rosalía semanas anteriores. Y lo de la cantante catalana viene a cuento porque el mundo de las redes es, a veces, tan simple como la famosa frase de Salvador Dalí: “Que hablen de mí, sea bien o mal”. Todo se mete en el mismo saco de tendencias y modas, y no pasa nada. Aunque está bien no olvidar lo que realmente ocurrió, quizá colocar la keyword Franco tan hondo en el imaginario colectivo pueda tener, cincuenta años después —y con la que está cayendo—, efectos perniciosos. Ya saben, por aquello de los impactos publicitarios.

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Porque... ¿se trataba de Franco o de la democracia? Porque si se trata de democracia, pero al final solo hablamos de Franco —aunque sea para subrayar lo hij...[INAUDIBLE] que era—, entonces nos hemos metido de lleno en la conversación exacta que desean aquellos que ya se han cansado de democracia. Cuando hay que insistir tanto en lo malo que era un tirano, es que no vamos bien.

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