El 14 de abril de 2011, en el Ateneu Barcelonès, celebramos el octogésimo aniversario de la Segunda República. Intervinieron Rafael Borràs, Ramón Serrano y el presente autor. Al concluir el evento, se escuchó el Himno de Riego y los oradores nos levantamos. La iniciativa fue enteramente de Borràs, un republicano con un profundo conocimiento de la monarquía española y la historia de los Borbones. Es un político de vocación que no duda en señalar las faltas, contradicciones y absurdos de cualquier político del siglo XX, e incluso del actual, si la ocasión lo amerita. Otra faceta de Borràs, una de las mentes más agudas e irónicas que he conocido.
Jose maria alguersuari rafael borras LV 17-6-05
No podía omitir este mes de diciembre sin mencionar que Rafael Borràs alcanza las noventa primaveras. Si bien no estoy seguro de si es más un autor o un editor, o incluso un político no profesional. Sus aproximadamente doce publicaciones, abarcando ensayos, recuerdos y ficciones, abordan o incorporan la política española y sus figuras clave, muchas de las cuales conoció por haber sido su editor. El valor testimonial, de memoria y de análisis de la producción de Borràs, tanto como creador como en su rol de editor, es singular. Durante un periodo considerable, ocupó la dirección editorial de Planeta en una etapa donde los libros galardonados todavía poseían un mérito literario. En esa misma editorial, concibió y lideró a partir de 1973 la serie Espejo de España, que ya suma 180 tomos, y me atrevo a afirmar que una de las obras más apreciadas por su responsable es el trabajo Casi unas memorias, del infortunado Dionisio Ridruejo, quien, tras su regreso de la División Azul, se erigió, en contra de la corriente predominante, en uno de los más firmes y sinceros defensores de la democracia. Sin embargo, su vida se extinguió prematuramente, hace exactamente cincuenta años.
Tenía planeado presentar el libro de Borràs La subasta. Que se asemeja a una novela, en la que el personaje principal se describe como “el editor de Ridruejo”, pero la fuerza de la covid frustró el evento. Se trata de un trabajo vivaz y sustancioso, que expone las vicisitudes de la industria editorial en España, lamentando que los editores estén bajo el control de directivos financieros y que el acto de editar ya no sea “un oficio de caballeros”. La excelencia, al igual que la virtud en la existencia, es lo que genera las mayores ganancias. Resulta gratificante estar en el hogar de Rafael Borràs, junto a la ventana con vistas a Mossèn Cinto, conversar con él y estar rodeado de una gran cantidad de volúmenes, con la compañía de Isabel, su esposa, y percibir en la confortable quietud del salón los ecos de su progenitor, el célebre compositor Manuel Blancafort. En suma, es más valioso conocer a los demás que a uno mismo, siempre que resulten ser personas fascinantes.
