Produce estupor y vergüenza leer las conversaciones del exministro con el guardaespaldas venido a recaudador de mordidas en el reciente informe de la UCO. Hablan con
descaro de pelotazos y prostitutas, y escandaliza la manifiesta obscenidad del lenguaje cutre y tabernario cuando hablan del reparto de meretrices, con chusca vocación de cosificación de las mujeres.
Y fue triste y penosa la fingida aflicción e impostada contrición del presidente del Gobierno cuando apareció, hipermaquillado, pidiendo perdón. Luego ha recuperado el relato victimista de la amenaza de la eventual llegada de la derecha de Vox en caso de adelanto electoral. Es indiscutible la culpa in eligendo e in vigilando de Pedro Sánchez. Y no
debemos soslayar la miseria moral de los cohechados inducidos por unos indeseables cohechadores sin escrúpulos.
José María Torras Coll
Sabadell