Son dos las principales causas de la progresiva desaparición de las pescaderías tradicionales.
La primera es la drástica disminución de las capturas, año tras año, debido principalmente a la contaminación y al descenso de las capturas en los caladeros, efecto este que no permite que una pescadería pueda llenar su mostrador con productos tan coloreados y atractivos como es el pescado salvaje.
La segunda es el cambio de costumbres que hace que el consumidor actual no tenga tiempo para comprar y cocinar. Los pescaderos de toda la vida sabemos que en la próxima década las pescaderías estarán ubicadas en amplios locales de calles no afectadas por la gentrificación y que estarán compuestas de cuatro partes o módulos para distribuir el pescado y marisco salvaje, el de cultivo, la sala de envasado al vacío u otros y la sala de cocción para la entrega final del género comprado por el cliente, el cual sería testigo de todo el proceso, desde la selección del pescado deseado hasta la entrega final con el producto ya preparado y listo para comer en casa.
Carlos de Buen
Barcelona