Alguien tuvo la genial idea de bloquear el precio de los alquileres de la vivienda, proteger a los ocupas e inquiocupas y y subvencionar a los “vulnerables” a costa de los propietarios. El resultado ya está a la vista. No hay una sola oferta de pisos en alquiler en los portales de internet ni tampoco en ninguna agencia inmobiliaria. Nadie va a construir para alquilar y perder dinero.
Lo más curioso es que esta visión del problema desde la óptica marxista, causante del agravamiento del problema de la vivienda, obliga a los ciudadanos a comprar la vivienda como única solución, cosa que curiosamente favorece a la banca por la demanda de hipotecas y al Estado por el cobro de impuestos. ¿Es casualidad? Yo no creo en las casualidades.
Antonio Bartolí Herrán
Barcelona