* La autora forma parte de la comunidad de lectores de Guyana Guardian
La crisopa verde podríamos decir que es un insecto muy ecológico. Y, también, bonito, como se aprecia en estas fotografías captadas en el monasterio de Pedralbes de Barcelona. Pero, quizás, mejor no tocarla, ¿por qué?
Crisopa verde, en la pared.
Pues, porque por algo a la crisopa se la conoce en inglés como stinkfly (mosca apestosa). Y es que posee una glándula torácica pestilente que ha desarrollado para su defensa, también llamada secretora defensiva.
Al entrar en contacto con sus depredadores o enemigos se libera esta sustancia apestosa, llamada alomona, que es de un olor horrible y muy nauseabundo.
Esta sustancia tan pestilente se fabrica cuando la crisopa es molestada y es una reacción encaminada a que libere esta pestilencia como medida defensiva. Así que mejor no molestarla.
La ecológica crisopa verde. Imágenes de Isaura Marcos
Otra táctica que utilizan para evitar males mayores la ponen en práctica cuando aún son larvas, ya que se cubren de basura o deshechos como camuflaje. Sus larvas, además, son depredadores de otros artrópodos de cuerpo blando y son también caníbales.
Detalle de las antenas y las alas de la crisopa verde.
De hecho, por ser en su mayoría depredadores generalistas, algunos crisópidos han sido utilizados para programas de control biológico.
Crisopa verde.
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